Zacatecas. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) del estado inauguró este sábado el mural Ausencia, del artista plástico Pablo Chávez Román.
En la monumental obra se incluyen los rostros de los desaparecidos de Zacatecas y de los 43 estudiantes de Ayotzinapa no localizados desde hace siete años.
Al evento se dieron cita familiares de desaparecidos como Guillermina Camacho, madre de Jorge Alberto Salinas, de quien se ignora su paradero desde el 24 de marzo de 2017, quien dijo: “Hace unos años en Zacatecas había en promedio tres desaparecidos cada mes, ahora el problema se ha agravado, tenemos más de 20 cada semana”.
“¿Qué les espera a nuestros hijos? ¿Qué les espera a los hijos de nuestros hijos? Entonces busquen la estrategia y las políticas para poder dar con los desaparecidos, pero sobre todo, que esto ya no se repita, porque esto es muy doloroso. Termino exigiendo justicia y verdad, al derecho de nuestros desaparecidos”, dijo ante funcionarios estatales y federales, incluidos de la Fiscalía local.
María de la Luz Domínguez Campos, titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, reveló a su vez que de 2015 a agosto de 2021, en la entidad han sido localizadas 337 fosas clandestinas de donde han sido recuperados 243 cuerpos completos y numerosos restos humanos, la mayor parte sin ser identificados, “lo que impide que sus familias accedan a la justicia, a la verdad y a la reparación integral del daño”.
“Existen más de dos mil 313 personas desaparecidas hasta agosto de 2021, de las cuales aún no son localizadas mil 392”, mencionó la funcionaria.
“En este mural se plasma a una mujer porque representa a los familiares y en especial a madres, esposas, hijas, abuelas, hermanas y tías, que juegan un papel preponderante en la búsqueda de sus familiares desaparecidos, a quienes les brindamos nuestra solidaridad y acompañamiento permanente”, mencionó Domínguez Campos.
Omar García, alumno sobreviviente de Ayotzinapa y actual diputado federal por Guerrero fue invitado al evento, donde recordó: “Los 43 estudiantes representados en este mural eran mis amigos, mis compañeros de mi escuela, y tres de ellos eran de mi comunidad rural. Yo los invité, les dije ‘vengan a estudiar a Ayotzinapa’. Pero hoy sus tres familias me reclaman por qué los invité a Ayotzinapa, ¿por qué sobreviviste tú?, ¿por qué no sobrevivió nuestro hijo?”.