Ciudad de México. El patriarcalismo se ha instalado en las instituciones de educación, lo cual ha favorecido la guerra, y ahora con la ley general de Educación superior se da la posibilidad de trabajar a partir de una cultura de la paz que interrogue la realidad y se vaya al análisis de las injusticias, la desigualdad, el racismo, el machismo, la homofobia “Todas esas formas que invisibilizan a las otras y pasan inadvertidas por considerarse normales, pero que en realidad son históricas”, sostuvo Luciano Concheiro subsecretario de Educación Superior de la SEP.
Durante el encuentro Seguimiento de las acciones y compromisos de la cultura de paz en las universidades e instituciones de educación superior, convocado por la ANUIES y la SEP, donde participaron rectores de distintas universidades, Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la presidencia, se refirió a que antes las adicciones y violencia se atendían de forma individual, “era una política punitiva, ahora se habla de la dimisión del plan integral de paz, es una estrategia a favor de la vida. Además de lo individual compromete a lo colectivo. Si no nos comprometemos unidos la paz no será posible”.
Concheiro se refirió a que se tiene que dar una cultura de paz que lleve al aprendizaje acelerado de capacidades para combatir las exclusiones que se anudan en diversas formas de violencia. También destacó el hecho de que 66.8 por ciento de los fallecidos por covid-19 tenía educación básica, “la pandemia profundizó las desigualdades, las hizo más evidentes, les dio otros rostros, trajo una violencia intrafamiliar sin precedentes, tenemos que ser concientes de que esto vino a afectar más la convivencia”, por lo que cuando se reintegren las clases se debe trabajar en concreto, “habrá otro sentido de la violencia”.
Recordó que en febrero de 2020 se presentó el plan integral de Cultura de paz, a partir de lo cual se han llevado a cabo acciones para establecerla en instituciones de educación superior. Destacó la aparición de la ley general de Educación Superior de abril, donde se establece que la educación superior se orientará conforme a criterios de la cultura de la paz y solución pacífica de conflictos, promoción de los valores de justicia, legalidad y respeto a los derechos humanos.