Ciudad de México. El programa Jóvenes Construyendo el Futuro permitió que cinco de cada 10 becarios encontraran empleo, durante la pandemia de COVID-19, de acuerdo con un estudio de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).
Esto significa otorgar una doble probabilidad a los jóvenes que pasan por ese programa para encontrar un trabajo.
El programa que inició en 2018 también sirvió como una red mínima para proteger a las familias de los becarios, principalmente de los grupos más vulnerables, como los indígenas, indica el análisis “El efecto del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro durante la Pandemia”, elaborado por la oficina de la Presidencia y presentado por la Secretaría del Trabajo.
En conferencia de prensa, Luis Felipe Munguía, presidente de la Conasami, indicó que de esta manera se aseguró ingresos a los jóvenes, se brindó acceso a los servicios de salud y redujo la probabilidad de que un hogar con algún beneficiario del programa se quedara sin comer en la pandemia en 3.4 por ciento; el efecto fue mayor en el campo 6.7 por ciento.
En promedio, los egresados del programa tienen el doble de probabilidad de encontrar trabajo comparado con aquellos que no están en el mismo, esto es 46.2 por ciento contra 23.6 por ciento, respectivamente.
Así, en el contexto de la pandemia, el programa aumentó la probabilidad de que los jóvenes encuentren empleo en 26.7 por ciento.
El estudio elaborado con datos del Inegi señala que los jóvenes tuvieron ingresos de 8 mil 222 pesos mensuales más adicionales respecto a quienes no estudian ni trabajan, tanto en el área rural como urbana.
El titular de la Conasami señaló que JCF benefició en mayor medidas a las mujeres, en 58.8 por ciento, y el 44.3 por ciento está en zonas rurales.
Por estados, la mayor parte de los beneficiarios se ubicó en Chiapas (17.6 por ciento), seguido de Veracruz (11.9 por ciento) y Tabasco (11.7 por ciento).