Cuernavaca, Mor., Enrique Castro Ortíz, Denisse Martínez y su hijo menor de edad, son una de las 18 familias del cerro “Piedras Preciosas” de la colonia Vista Hermosa, Jiutepec, cuyas viviendas se agrietaron a consecuencia de las explosiones diarias que hace una mina de grava y cal en las inmediaciones, de los últimos temblores, amén de las torrenciales lluvias que han caído en los últimas días en Morelos.
Los damnificados, responsabilizaron de manera directa al empresario Francisco Javier Barbará Salazar, propietario de la empresa Triturados No Metálicos de Xiutepec, pues las explosiones y los trabajos en este complejo industrial no se detienen.
Desde el pasado 16 de septiembre ellos y otros residentes avistaron las tres enormes grietas, y esta mañana durante la visita a la zona por parte de La Jornada, exigieron al gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo, y al presidente municipal de Jiutepec, Rafael Reyes, que sean detenidos los trabajos de la mina de manera inmediata.
De no hacerlo, alertaron, podría repetirse en Morelos una tragedia similar a la que sucedió en el cerro del Chiquihuite, en el Estado de México.
Enrique Castro, de oficio albañil, dijo que él tiene 40 años viviendo en su propiedad, de uso comunal, y que nunca antes les habían dicho que era de alto riesgo.
De acuerdo a sus cálculos, las tres grietas juntas pueden medir unos dos metros y medio de ancho, y tienen la profundidad suficientes para “tragarse estas casas”, de manera fácil.
Durante estas cuatro décadas, aseguró que “de hecho aquí no había daños. El cerro estaba en perfectas condiciones; no nada, no tenía problemas, y ahora pues de que le están dar y dar (explosiones diarias) pues ya lo están acabando.
Sin embargo, acotó, pese a que se formaron las grietas “los de la calera no pararon" sus labores; por el contrario, "le siguen dando, y pues ahora ya afectaron toda el área y ahorita, si usted ve el cerro ya está lastimado y ya está por caerse, y ellos siguen detonando sus explosivos”.
En la casa de Enrique, ubicada en la calle prolongación Diamante, el accidente en el terreno ya levantó un pedazo de piso de un respiradero que había construido atrás de su baño; también ya fue afectada la pared de la habitación de su hijo.
Aseveró que ni su familia ni sus vecinos quieren salirse, porque perderían su terreno y sus casitas que con mucho esfuerzo han ido construyendo, y agregó que les indigna que las autoridades de PC municipal, y estatal, solo les dicen que “están en peligro y que se salgan”; pero no tienen a dónde irse.
“En vez de parar, La Calera vienen a uno (a decirnos que) desaloje; nosotros somos varios vecinos que no tenemos a dónde irnos; entonces, como nos piden que nos vayamos, (no tenemos dinero) ni siquiera para llevarnos esta puerta”, lamentó.
Explicó que con cada detonación de la empresa la tierra se afloja cada vez más, y que desde que revisó la afectación del cerro, se dio cuenta de que pasa por debajo de su casa, por lo que la noche del lunes se fueron a dormir a la ayudantía municipal de esta colonia.
“La verdad fuimos a la ayudantía (anoche) porque no quería darme cuenta de que esto era grave. Yo pensaba que esto era algo sencillo. Ayer se me ocurrió agarrar y empezar a checar con la barreta, entonces abrí con la barreta y me di cuenta que la grieta está aquí, y vea, mire, la grieta ahí está”, detalló.
También, Enrique dijo que se está hundiendo parte del piso de su casa, “ayer me puse a revisar más, y vi que aquí está la otra grieta, aquí viene, mire, mire, y se ve, mire, si ésta (otra) grieta, lo que yo quiero pensar es que esta grieta está de ancha de aquí hasta allá, así de ancha, casi dos metros y medio”, dice mientras extiende sus brazos.
Otro grupo de vecinos, acudieron al zócalo de Cuernavaca este martes para denunciar las fisuras —una de la cuales alcanza los 50 centímetros, y las otras 30 centímetros cada una—, que ya dañaron bardas, techos, pisos y calles de la colonia.
Recordaron que en el año 2011 por culpa también de la empresa de Cal y arena hubo un derrumbe que se llevó una casa; pero ahora dijeron que están en riesgo de caerse 18 viviendas. Por lo que exigen a las autoridades municipales y estatales que paren los trabajos en la calera, y que la empresa indemnice a estas 18 familias que ya sufrieron daños en sus viviendas, y a las otras que también resulten dañadas.