Washington. La NASA anunció el lunes que un robot rover capaz de buscar hielo aterrizará en 2023 en una región del polo sur de la Luna llamada cráter Nobile.
La agencia espacial espera que el vehículo confirme la presencia de agua helada justo debajo de la superficie, que podría convertirse algún día en combustible para cohetes en misiones con destino a Marte o más allá en el espacio.
"El cráter Nobile es un cráter (...) cerca del polo sur que nació de la colisión con otro cuerpo celeste más pequeño", dijo a periodistas Lori Glaze, directora de la división de ciencia planetaria de la NASA.
Es una de las regiones más frías del sistema solar, que solo ha sido explorada a distancia por medio de sensores del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA y del Satélite de Observación y Detección de Cráteres Lunares.
"El rover va a explorar muy de cerca el suelo lunar, incluso cavando a varios pies de profundidad", dijo Glaze.
El robot se llama Rover de Investigaciones Volátiles y Exploración Polar, o VIPER en inglés.
Sus dimensiones son similares a las de un carro de golf - 1.5 metros por 1.5 metros por 2.5 metros- y se parece un poco a los androides de la "Guerra de las galaxias". Su peso es de 430 kilogramos.
A diferencia de los rovers usados en Marte, VIPER puede ser piloteado prácticamente en tiempo real porque la distancia entre la Tierra y la Luna es mucho más corta que con respecto a Marte: alrededor de 300 mil kilómetros, o 1.3 segundos luz.
El rover también es más rápido, con una velocidad máxima de 0.8 kilómetros por hora.
Los VIPER vienen con una batería de 50 horas que se recarga con energía solar, y son construidos para resistir a temperaturas extremas. Pueden caminar sin dejar de apuntar al Sol y seguir recargando sus baterías.
El equipo VIPER quiere ante todo averiguar cómo el agua helada llegó inicialmente a la Luna, cómo se preservó durante miles de millones de años y adónde fue a parar el líquido.
La misión es parte de Artemis, el plan de Estados Unidos para volver a llevar humanos a la Luna.
La primera misión tripulada está prevista para 2024, pero el programa podría retrasarse de manera significativa.