Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador subrayó hoy que México no es lacayo de ningún país, y refrendó, como país soberano, su política exterior basada en el ideario juarista de que entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
En este tono dijo que al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel se le dará el mismo trato que a otros mandatarios – de Ecuador, Guatemala, Bolivia- que han visitado nuestro país con motivo de las celebraciones patrias.
Destacó además la buena relación de amistad con Cuba, no de ahora, sino desde el siglo pasado; por ejemplo, cuando el embajador que más defendió a Francisco I. Madero en la Decena Tráfica fue precisamente el cubano (Manuel Márquez Sterling).
Años después se tuvo una excelente relación con la nación caribeña y el general Lázaro Cárdenas defendió la revolución cubana y el presidente López Mateos ordenó que en la Organización de Estados Americanos (OEA) se votara en contra de la expulsión de Cuba, dijo López Obrador.
Somos respetuosos de la independencia de los pueblos y México es un país soberano, no somos lacayos de ningún gobierno, recalcó.
Mencionó, por ejemplo, que en México se le dio asilo a Trotsky “cuando ningún país lo quería”; aquí se protegió a la comunidad judía, a los españoles.
Lo que pasa, dijo, es que los tecnócratas, corruptos, conservadores se olvidaron de los principios, al grado que un embajador nombrado por ellos gritó en un festejo patrio "viva Porfirio Díaz" y hasta quitaron los retratos de Juárez.
“Me ha costado trabajo encontrar lienzos, pinturas de Cuauhtémoc, del general Cárdenas; de Villa, de Flores Magón no hay nada; de periodistas como Daniel Cabrera, del Hijo del Ahuizote, nada; de Zarco, nada. Me costó trabajo encontrar un retrato del general Cárdenas, aparte del que está en los pasillos como presidente, lo tuve que mandar a hacer con un pintor” de Mocorito.
Me acaban de entregar uno de Felipe ángeles, de un gran pintor, creo que hidalguense.
“Eso sí, aquí tenemos todavía los jarrones de Maximiliano, y ya es historia, son piezas históricas. Nada más voy a ver si antes de que termine arreglo un poco la museografía porque hay un jarrón de Maximiliano, 1865, que trajeron de Viena con el águila y la corona, enfrente del retrato de Juárez.
“Entonces, no quiero que el presidente Juárez siga molesto por eso. O sea, no merece eso”.