Berlín. Alemania acude a las urnas el 26 de septiembre para renovar el Parlamento (Bundestag). Se trata de un momento crucial para el país, ya que la canciller Angela Merkel dejará el cargo tras cuatro mandatos.
Si la tendencia que indican los sondeos se concreta, Alemania podría tener el primer gobierno de izquierdas en 16 años. A continuación, un par de datos sobre los comicios.
1) Adiós a Merkel. La canciller alemana Angela Merkel, una de las figuras políticas dominantes en Europa durante los últimos 16 años, declaró en 2018 que no se presentaría como candidata para un quinto mandato. Después de conducir a Alemania a través de la crisis financiera del euro, la crisis migratoria, de poner en marcha la transición energética y de gestionar la lucha contra la pandemia de coronavirus, la imperturbable ex científica abandona el escenario político. Sus planes de sucesión han dado algunos giros inesperados. El último ha sido la marcada caída en las encuestas de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que podría quedar fuera del futuro gobierno.
2) ¿Lo lograrán los socialdemócratas? Después de que a principios de año los ecologistas de Los Verdes treparan en las preferencias y los conservadores volvieran a liderar las encuestas, ahora el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) se ha puesto a la cabeza, con varios puntos de ventaja sobre sus rivales.
Su candidato, el actual vicecanciller y ministro de Finanzas Olaf Scholz, está a un paso de la Cancillería. La cuestión clave es si esto implicará un giro hacia la izquierda en Alemania. Para alcanzar la mayoría, Scholz tendrá que negociar con uno o probablemente dos partidos más. La idea de que los socialdemócratas formen gobierno con Los Verdes y La Izquierda tiene en vilo a los conservadores de Merkel, en el poder durante una década y media. Muchos analistas no ven otras opciones políticamente viables.
3) ¿Los Verdes en el gobierno? Los Verdes tuvieron unos meses vertiginosos este año, en los que el partido ecologista aventajó a sus rivales. Pero el brillo se ha esfumado y están actualmente en tercer lugar, con una intención de voto de entre el 15 y el 17 por ciento. Esto puede ser suficiente para instalar en un puesto de gabinete a la copresidenta del partido Annalena Baerbock, pero la candidata está lejos de suceder a Merkel como canciller. Sin embargo, con todos los partidos abordando regularmente la cuestión de la política sobre el cambio climático -especialmente tras las inundaciones de mediados de julio en el oeste de Alemania-, Los Verdes ya han dejado su impronta en la campaña.
4) ¿Qué sucede con la extrema derecha? En las últimas elecciones de hace cuatro años, la ultraderechista de Alternativa para Alemania (AfD) aprovechó una ola de malestar popular sobre la llegada masiva de migrantes para entrar por primera vez en el Parlamento y convertirse en tercera fuerza después de años de ganar terreno en los comicios regionales. La AfD es popular sobre todo en el este de Alemania, pero dado que la crisis migratoria está quedando atrás en el tiempo, este caballo de batalla tal vez no le reporte tantos votos como hace cinco años. La crisis en Afganistán, con la retirada del Ejército alemán del país y los vuelos para evacuar personal local hacia Alemania, que alimentan la preocupación por una nueva oleada de inmigrantes, es un comodín tardío pero que aún podría influir en la opinión de los votantes.
5) Gestión de la pandemia de coronavirus Con la típica firmeza, el equipo de altos funcionarios y asesores de Merkel se mantuvo en su línea durante la pandemia. Alemania entró en una cuarta ola de infecciones, pero todos los partidos se comprometen a no imponer más restricciones. Además, la tasa de hospitalizaciones no es demasiado elevada. La campaña de vacunación ha vuelto a perder impulso y las autoridades hablan de una "pandemia de los no vacunados". Todavía no se sabe cómo ha afrontado Alemania la pandemia en comparación con otros países, pero en general el Gobierno contó con amplio apoyo de los ciudadanos.
6) La votación es solo el principio La actual coalición de conservadores y socialdemócratas tardó cinco meses y medio en formarse tras las elecciones de 2017, un récord de la posguerra. Las negociaciones entre la CDU, Los Verdes y el Partido Liberal (FDP) fracasaron, abriendo la puerta a otra gran coalición.
Este año, Los Verdes también están muy presentes como opción, e incluso La Izquierda ve un posible papel en el gobierno. Es poco probable que la ultraderechista AfD consiga entrar en una alianza debido a que los demás partidos se niegan a cooperar con ella. Es posible que el contrato que selle la próxima coalición se haga esperar bastante.