Lima. El destino de los restos del fundador del grupo terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, sigue en suspenso, luego que por la noche un juez declaró inadmisible una demanda para que se entregue su cadáver a una mujer que no es familia directa del fallecido.
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La ley peruana no tiene un protocolo para saber cómo proceder en caso de presos controversiales como es el caso de Guzmán, considerado el causante principal del baño de sangre que vivió Perú entre 1980 y 2000 que dejó miles de muertos en su enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
La ley indica que un cadáver debe ser entregado a su familia. El gobierno ha indicado que corresponde decidir a la fiscalía, pero ha sugerido que sea incinerado y sus cenizas arrojadas al mar para evitar un entierro y un culto a la tumba del fallecido. En 2018 las autoridades destruyeron un mausoleo en un cementerio de Lima en el que se había anunciado que Guzmán sería enterrado.
La noche del domingo el magistrado Sergio Núñez declaró inadmisible el hábeas corpus solicitado por Elena Iparraguirre, esposa de Guzmán, quien está presa a perpetuidad en una cárcel de Lima y había designado a Iris Quiñónez, una mujer que no es su familia, para que reclame el cuerpo de su marido. La ley indica que un cadáver sólo se entrega a un familiar directo. La pareja no tiene hijos.
Iparraguirre otorgó “un poder escrito” a Iris Quiñonez. El criminalista Carlos Caro le dijo al diario El Comercio que Quiñónez debía tener de forma adicional una carta poder autenticada por un notario. Si eso no ocurre en 36 horas, corresponderá al Estado decidir qué hacer con el cuerpo, indicó.
La defensa de la esposa de Guzmán argumenta que se le debe entregar el cuerpo a Quiñónez porque Iparraguirre está presa lo que la imposibilita recibir de manera personal el cuerpo de su esposo.
Más temprano la fiscalía indicó en un comunicado que el cadáver de Guzmán, que murió la víspera a los 86 años, será entregado “a familiares directos”.
En la necropsia se determinó que Guzmán murió de “neumonía bilateral causada por un agente patológico”. Se desempeñó como profesor de filosofía en la universidad nacional San Cristóbal de Huamanga, y posteriormente encabezó al único grupo maoísta de Latinoamérica. En 1980 inició una lucha para tomar el poder que dejó miles de muertos, la mayoría indígenas de los Andes y la Amazonía.
Las autoridades han debatido qué hacer con el cadáver de Guzmán todo el fin de semana.
Benedicto Jiménez, un abogado y coronel retirado de la policía que dirigió la captura de Guzmán en 1992, dijo el domingo a la prensa que Perú “nunca se puso a pensar qué hacer con el cadáver en caso que muera en prisión un alto dirigente de Sendero Luminoso para evitar el martirologio”.
“Deben transparentarse las cosas”, así el país se evitará problemas, dijo Jiménez tras salir de una misa en la catedral de Lima, donde asistió junto a 34 agentes de un grupo policial de inteligencia con los que atrapó a Guzmán en una casa de la capital peruana el 12 de septiembre de 1992. El operativo estuvo respaldado por Estados Unidos.
Se desconoce si Iparraguirre pedirá enterrar o cremar los restos de su marido. Guzmán e Iparraguirre —una maestra de educación inicial— vivían en el segundo piso de una casa fachada en la que en la primera planta habitaba una bailarina de ballet.
Guzmán murió a las 6:40 de la mañana del sábado en una cárcel militar. Sufría de psoriasis, una enfermedad dermatológica que enrojece y agrieta la piel. La policía sabía de esta dolencia desde antes de su captura porque los investigadores que seguían sus pasos hallaron cajas de pastillas para tratarla en las bolsas de basura de la vivienda donde se ocultaba.
El acta del levantamiento de su cadáver elaborada por la fiscalía indicó que le encontraron echado en su cama. Tenía la barba crecida y vestía una chaqueta beige, pantalón color plomo, medias azules y un pañal desechable. En el dedo anular de la mano derecha tenía su anillo dorado de matrimonio. Guzmán e Iparraguirre se casaron en 2010, dos años después de que ambos fueran condenados a cadena perpetua por ordenar asesinar a 69 campesinos en la aldea Santiago de Lucanamarca en 1983.
Por ahora el cadáver de Guzmán permanece en la morgue de la provincia costera de El Callao, cercana a la cárcel donde falleció.
El gobierno peruano advirtió la víspera que cualquier intento de rendir homenaje al fundador de Sendero Luminoso o realizar movilizaciones en su memoria será considerado delito de apología al terrorismo, el cual está penado con cuatro años de cárcel.
Sendero Luminoso inició su lucha en la región andina Ayacucho. Una comisión de la verdad que estudió el conflicto armado interno indicó que el enfrentamiento entre los senderistas contra las fuerzas de seguridad dejó casi 70 mil muertos.