Ciudad de México. Para el 2024, el pago de pensiones del sector público representará el 6.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, el doble del gasto de lo que destinará a educación pública en el 2022 y, de permanecer en ese nivel, se corre el riesgo de ampliar aún más la desigualdad y la pobreza por el deterioro de la educación en el país, prevé el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El gasto en pensiones asciende a 1 billón 428 mil 377 millones de pesos para el 2022, esto será un 5.1 por ciento del PIB. Para ponerlo en perspectiva, de acuerdo con la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF), se espera que la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del próximo año sea de un billón 213 mil 777 millones de pesos, un 4.1 por ciento del PIB, y todavía le falta un punto, explicó Héctor Villareal, director general del Centro.
"Si el gasto en educación pública se queda en 3.1 por ciento, el gasto a pensiones estaría más que doblando la cantidad de lo que se gasta en educación pública, incluyendo investigación infraestructura y todo lo que gastamos en educación pública, qué pasaría en términos de desigualdad o combate a la pobreza, de movilidad social, aquí la perspectiva intergeneracional queda en entredicho", aseveró Villareal.
Durante la presentación de las “Implicaciones del Paquete Económico 2022”, el director del CIEP alertó que ante un mayor gasto en pensiones y la presentación de una miscelánea fiscal, en lugar de una reforma, complicarán el regreso de un superávit primario en el 2023, luego de que en 2021 y 2022 el gobierno federal estima un déficit.
“Esto no necesariamente es algo malo, pero va a depender de dos variables: que el déficit primario permanezca pequeño, por un lado; por el otro que la economía siga creciendo; si una de estas dos condiciones se relaja, se incurrirá en déficits primarios más grandes o la economía deja de crecer o crece menos de lo proyectado, la presión sobre el indicador de la deuda y los saldos históricos van a tener una presión muy considerable y eso a su vez nos puede traer una serie de riesgos para el 2024, con cambio de administración muy tenso, por decirlo menos”, pronosticó Villareal.
Un sistema fiscal chico
Alejandra Macías, directora de Investigación del CIEP, explicó que si se siguen teniendo déficits pequeños y crecimientos pequeños, seguramente la deuda y el pago de deuda va a crecer; entonces esto se va a sumar a todo el gasto de pensiones que año con año aumenta de entre 5 y 7 por ciento, más el programa de adultos, lo que tendrá repercusiones en la deuda.
Héctor Villareal añadió que se corre el riesgo de que el sistema fiscal mexicano básicamente se esté dedicando a pagar pensiones, el pago de la deuda y el dinero restante para otras políticas públicas que tiene poco alcance.
“Vamos a tener jóvenes millenials pagando impuestos, con condiciones muy particulares, y los servicios públicos, educación, salud e infraestructura van a ser muy precarios, no es lo que debiéramos aspirar con un ingreso que tiene México”. Alertó Villarreal. Así se deben abrir espacios fiscales y discusiones para solucionar las bombas de tiempo.