Ciudad de México. La recuperación entre las entidades federativas va a ser desigual y lenta, toda vez que será hasta el 2023 que se registraran crecimientos, tanto en las transferencias presupuestales como en ingresos propios en las economías más acordes con lo que registraban en el pasado, prevé la calificadora Moody's Investors Service.
En el foro: “Inside LatAm: Mexico”, organizado por la firma de riesgo, Nuvia Martínez Reyes, analista de subsoberanos de Moody's, comentó que será hasta el 2023 cuando se vea que la recuperación económica de este 2021 se vea reflejada en el aumento de las participaciones a las entidades federativas, los cuales son recursos que tienen derecho a recibir las entidades federativas y municipios.
“Las estimaciones de Moody’s para este año, en cuanto a participaciones federales, es que tengan un crecimiento prácticamente plano, debido a que el año pasado los estados recibieron recursos del fondo de estabilización de los ingresos de las entidades federativas y, por otro lado, porque se observan que hay ciertos recursos extraordinarios por incentivos económicos y un crecimiento importante en el impuesto sobre adquisición de automóviles nuevos, que están recibiendo algunas entidades.
“El próximo año esperamos que las participaciones crezcan menor a lo que hemos observado en promedio de 2016-2020, de alrededor de un 4.0 por ciento. Mientras que para el 2023 ya se verá normalizado ese crecimiento, a un promedio de 8.0 por ciento, en línea como se ha venido observando de 2016-2020”, pronosticó Martínez.
Por su parte, durante su participación, Manuel Lobato, director general y jefe de Finanzas Públicas Globales en México de BBVA, describió la Ley de Disciplina Financiera ha funcionado en las entidades federativas y municipios, ya que desde el 2017, el saldo real de estos últimos ha venido a la baja, la tendencia del saldo real de su deuda de largo plazo es que es descendente.
Si se estudia, dijo, a las entidades federativas también va en descenso, excepto en el 2020. El año pasado salieron 15 entidades al mercado para financiarse. El endeudamiento bruto fue de alrededor de 113 mil millones de pesos.
“La pandemia detuvo la caída que traía el saldo real de la deuda de las entidades federativas. El incremento fue modesto, el saldo creció de alrededor de 2.5 por ciento, pero compara con el 1.4 por ciento que había tenido en términos reales”, precisó Lobato.
Los efectos de la pandemia fueron un mayor gasto en salud y gasto social.