Ciudad de México. Los efectos y consecuencias de la pandemia reflejados en la economía mexicana fueron devastadores, dice la empresaria Angélica Fuentes Téllez.
Asimismo, considera prudente facilitar las rutas para el desarrollo del emprendimiento femenino, el cual dice, constituye un eficaz mecanismo para la recuperación de los empleos perdidos durante 2020 y parte de 2021.
De acuerdo con Fuentes, promotora del empoderamiento femenino, los negocios creados por mujeres pueden contribuir a mitigar las consecuencias negativas de la pandemia. Cifras oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) apuntan a que fueron un millón 181 mil empleos formales perdidos durante los primeros cuatro meses de la pandemia.
No obstante, la cifra incrementó durante el 2020, hasta situarse en un millón 629 mil desempleados para principios de 2021, explica.
En dicho contexto, Fuentes Téllez califica como lamentable que fueron las mujeres las más afectadas por la disolución de fuentes de empleo y que, de la cifra compartida por el INEGI, un millón 363 mil 287 fueron trabajadoras que se quedaron sin empleo. Esto representa el 83.6% del total de personas que salieron de la Población Económicamente Activa (PEA).
“Los datos confirman la vulnerabilidad de las mujeres en el plano laboral. Esto representa un retroceso en los avances logrados en los últimos 10 años relacionados con la participación laboral femenina. Sin embargo, el emprendimiento femenino se presenta como un motor de desarrollo, crecimiento, rentabilidad e incluso, una oportunidad para generar nuevas fuentes de empleo para las mujeres”, asegura.
Durante los primeros meses de la pandemia en 2020, la PEA se situó alrededor de 55 millones de personas, y para julio de 2021 registró 59 millones, lo que indica un escenario positivo. Sin embargo, muchos de los empleos que se están generando están en la informalidad, cuya tasa subió hasta 46 por ciento.
“Es muy importante impulsar los esfuerzos emprendedores y ofrecer acompañamiento o mentorías, además de apoyos financieros. Asimismo, es muy importante contar con una red de mujeres empresarias. El ímpetu de superación funciona como catalizador para alcanzar el éxito”, destaca.
Al respecto, Fuentes Téllez comenta que viene a su mente el caso de la joven que aprovechó la coyuntura y el aumentó en uso de las redes sociales a mediados de los años 2000 para hacer de su emprendimiento una forma de vida. Se trata de la norteamericana Ashley Qualls, quien transformó su pasatiempo en un negocio muy lucrativo.
“Sin tener un gran alcance económico, salvo los ocho dólares que su mamá le dio para registrar un dominio de internet a su nombre, Ashley, con tan solo 14 años, llevó a su sitióbwhateverlife.com hasta el punto que hoy en día factura 70 mil dólares al mes. Empezó diseñando plantillas para personalizar los espacios en MySpace en el 2005”.
La empresaria mexicana también destaca que, al iniciar su emprendimiento Qualls atrajo tal cantidad de tráfico a su sitio que su proveedor de hosting le sugirió mantenerlo con publicidad mediante el sistema de Google Adsense.
“Su primer cheque por 2 mil 790 dólares superó sus expectativas, lo que la impulsó a, un año más tarde, comprar una casa y utilizar el sótano como oficina. Empleó a algunos de sus compañeros de escuela a quienes capacitó. También contrató a varios programadores en India para que le desarrollaran una aplicación que, tras iniciar operaciones, registró 28 mil nuevos usuarios en la primera semana”, explica.
Angélica Fuentes Téllez concluye que no importa el tipo de emprendimiento o rubro en el que las mujeres busquen desenvolverse, lo importante radica en que se atrevan a dar ese paso, que en un futuro les puede resultar altamente rentable y generar nuevas fuentes de empleo, que en esta época tanto hacen falta en el país.