Ciudad de México. El diputado local de Morena, Héctor Díaz Polanco, asumió la presidencia de la Mesa Directiva en el primer año de la segunda legislatura del Congreso de la Ciudad de México con un llamado al pleno a dirimir los disensos por los métodos democráticos para que las las decisiones que se tomen contribuyan a mejorar las condiciones del pueblo y a servir mejor a la ciudad y al país.

Por mayoría, el pleno eligió la planilla que integra el órgano de dirección legislativa con el diputado del PAN, Gonzalo Espina, en la vicepresidencia y como secretarias Marcela Fuente Castillo y Maxta Irais González Carrillo, de Morena y el PRI, respectivamente.

En su mensaje al pleno, Díaz Polanco dijo de entrada que la ciudadanía espera mucho del Congreso de la Ciudad de México y los legisladores están comprometidos con el buen desempeño de sus trabajos.

Ante los hechos que se suscitaron el pasado lunes frente al legislativo con los alcaldes electos de la oposición y en respuesta a un mensaje previo del diputado del PRD, Jorge Gaviño, como presidente de la mesa directiva de decanos en el que aludió al incidente para señalar un incrementó de la polarización, Díaz Polanco dijo que ésta es consustancial a cualquier sociedad.

“Si está viva tendrá polarización, así son las sociedades humanas desde el punto de vista antropológico, pero una cosa es que la polarización esté presente como parte de la composición compleja de una sociedad y otra muy distinta que derive en intolerancias e irrespeto hacia el otro distinto y mucho menos que derive en actos de violencia”, agregó.

Llamó a que en los trabajos prevalezcan la argumentación y las razones, los epítetos y dijo que las expresiones altisonantes, si bien no podrán evitarse, no deben determinar el curso de las deliberaciones.

“Debemos ser ejemplo de pulcritud discursiva y de ánimo talante constructivo para buscar acuerdos, consensos y siempre aplicando los procedimientos democráticos que marca nuestra normatividad para dirimir los disensos”, agregó.

Concluyó con un llamado a los legisladores a ser reflexivos y trabajar en un marco de respeto, comprensión y empatía a los planteamientos de los adversarios para tomar las mejores decisiones, para enseguida declarar legal y constitucionalmente constituida la segunda legislatura del Congreso.