Guadalajara. Pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo se reunieron con el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Germán Arturo Martínez Santoyo, para escuchar la propuesta presentada por el organismo y refrendar que su postura seguirá inamovible respecto a que la presa El Zapotillo no deberá inundar las tres poblaciones.
El funcionario federal les propuso, en la reunión efectuada en la plaza de Temacapulín el sábado por la tarde, que la cortina de la presa permanezca en sus actuales 80 metros garantizando que el llenado del embalse no será a tope sino a un aproximado de 50 metros y se instalarán compuertas y equipos automáticos de medición para desfogar el agua en caso de ser necesario, con lo cual los pueblos no serían inundados.
“Lo que aquí platiquemos lo haré del conocimiento del presidente (Andrés Manuel López Obrador, quien el 14 de agosto sostuvo un diálogo con los opositores a la presa también en Temacapulín) y será con la participación de ustedes y del propio presidente que se tomará la resolución sobre el destino de la presa. Respetaremos lo que se llegue a acordar con base en el diálogo, la ley y la razón”, dijo Martínez Santoyo.
En “la Cuarta Transformación los grandes proyectos, políticas y acciones del gobierno se inician una vez que se ha llevado a cabo un proceso de consulta con quienes podrían verse afectados”, explicó.
Los habitantes de las tres comunidades cuestionaron al director de Conagua cómo sería garantizado que los próximos gobiernos federales no darían marcha atrás al acuerdo que se está gestando o, incluso, qué garantía habrá de no regresar al proyecto de una presa de 105 metros de altura, tal como lo acordaron en 2007 sin consultar a los pobladores afectados los gobiernos panistas estatal y federal encabezados por Emilio González y Felipe Calderón, respectivamente.
Martínez Santoyo no tuvo una respuesta formal a la pregunta y sólo dijo que habría “unos documentos” para garantizar que la presa continuaría operando en niveles que no puedan inundar a las comunidades, por lo cual varios opositores señalaron que la mejor garantía sería cancelar en su totalidad el proyecto y abastecer a la capital jalisciense con una represa mucho más cercana a la ciudad que El Zapotillo, que está a 145 kilómetros y requeriría un costoso sistema de bombeo.
También y en consonancia con al menos dos recomendaciones emitidas por la Comisión Estatal de Derechos Humanos en 2009 y 2018, pidieron que sean resarcidos los muchos daños que han sufrido las comunidades ante un proyecto que aunque fue impulsado por administraciones panistas, también fue apoyado ignorando a los afectados por posteriores gobiernos emanados del PRI y de Movimiento Ciudadano.
Si los pobladores consideran viable la propuesta que presentó “bajo estrictos criterios técnicos”, no sería necesaria la construcción de diques para salvaguardar de inundación a Temacapulín, Acasico y Palmarejo, con lo cual se respetaría “el sentido social de la obra”, comentó.
Con el fin de conocer en tiempo real el comportamiento de las lluvias, gastos en el río y niveles en la presa, se instalarían equipos automáticos de medición (estaciones meteorológicas e hidrométricas), durante la primera temporada de lluvias se mantendrían las compuertas cerradas para realizar su primer llenado y posteriormente se establecería un riguroso manejo de los niveles de almacenamiento mediante las obras de desvío, mencionó.
Con relación a las compuertas que la Conagua construiría para controlar el paso del agua, el director de la dependencia informó que se considera que su operación se lleve a cabo de forma electrónica, pero además se contaría con sistemas manuales operados por personas de la comunidad para el remoto caso de que los equipos automatizados llegaran a presentar alguna falla.
La presa El Zapotillo inició su construcción en 2009 sin que fueran tomados en cuenta los elementos técnicos y sociales necesarios, lo que motivó la resistencia de las comunidades que ganaron varias suspensiones legales y derivó en que quedaran inconclusas diferentes obras necesarias para que la presa entrase en operación y pudiera abastecer de agua a diferentes puntos de los estados de Jalisco y Guanajuato.