Ciudad de México. Con una alternancia en diversos cargos federales y locales que rebasa el 60 por ciento desde la creación del Instituto Nacional Electoral (INE), México no requiere una reforma de gran calado, sino, en su caso, ajustes puntuales, dijo hoy el consejero presidente del organismo, Lorenzo Córdova. Advirtió de los riesgos que implicaría una modificación estructural, porque en la historia de la transición mexicana jamás se han realizado cambios profundos en vísperas de una elección presidencial.
Durante la presentación del libro Elecciones: Justicia y Democracia, Córdova aseveró que si la pretensión de una reforma de estas magnitudes tiene como objetivo meramente la renovación de las autoridades electorales, alentada por las filias y fobias, carecería de altura de miras. “Una reforma electoral no puede ser un asunto de estómago, sino una apuesta de largo alcance, resultado de un análisis ampliamente razonado. De otro modo está condenada al fracaso”.
En su intervención, añadió que la clave para que el conjunto de reformas electorales hayan sido exitosas en México radica en que se han avalado con el más amplio consenso, porque ello dota de certeza a todos los actores políticos.
Recordó que en el país todas las reformas han provenido de las inconformidades que en su momento han señalado los partidos opositores, pero, dijo, no es el caso en la reforma que se pretende impulsar en esta ocasión, a partir de los resultados de 2018 y 2021.
Insistió en la pertinencia de los tiempos, pues siempre han sido discutidas y aprobadas en el inicio de un ciclo sexenal, buscando amplios consensos entre ganadores y perdedores. Eso es una condición indispensable para dotar de estabilidad y gobernabilidad democrática al país. “Si es producto de un mero mayoriteo de fuerzas del espectro político, corremos el riesgo de revertir una fuente de certeza y confiabilidad, para convertirse en fuente de descalificación".
En su oportunidad, el ex consejero presidente del desaparecido Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde consideró que uno de los problemas centrales de la democracia mexicana es la sobre regulación que enfrenta, por lo que consideró que debe revisarse esa complejidad, pero sobre la base de que esté alejada de filias y fobias.
Aseveró que el INE es la institución que tiene mayor credibilidad ciudadana, por lo que se deberían esclarecer las acusaciones presidenciales de la existencia de fraudes electorales, particularmente porque en los procesos electorales recientes Morena es el que ha recibido mayor respaldo.
Advirtió sobre preocupantes expresiones de injerencia del crimen organizado en las elecciones, en algunas zonas del país, algo que debería preocupar.