Nueva York. Puede que Broadway haya sufrido el cierre más largo de su historia, pero ha conseguido nuevos inversionistas y ha hecho grandes planes para su gran reapertura, decidido a demostrar que no hay negocio como el del espectáculo.
El optimismo es grande para la reapertura de los musicales y las obras de teatro a partir de septiembre, encabezados por los gigantes Hamilton, El Rey León y Wicked.
Los teatros podrán abrir al 100 por ciento de su capacidad y se exigirá al público, al reparto y al personal entre bastidores que muestren un certificado de vacunación.
Los productores de Broadway, que nunca son reacios al riesgo, ya están respaldando nuevos proyectos a pesar de la pérdida de millones de dólares en la venta de entradas. Los tres grandes musicales ingresaban alrededor de un millón de dólares a la semana antes del cierre de 18 meses que comenzó en marzo de 2020.
"Los productores producen lo que les apasiona. No hay nada seguro en lo que hacemos. Si quisiéramos seguridad, estaríamos en la banca de inversión, o seríamos un contador, o un abogado", dijo Ken Davenport, productor de los musicales ganadores del premio Tony Kinky Boots y Once on This Island.
"Este es un negocio que favorece a los audaces. (...) Creo que estamos a punto de ver un renacimiento del teatro en los próximos cinco años", dijo Davenport, que tiene seis nuevos espectáculos en desarrollo.
Montar un nuevo musical en Broadway requiere una inversión inicial de entre 10 y 15 millones de dólares, incluidos los salarios del reparto y el equipo, el maquillaje, los decorados y la publicidad. Las obras de teatro suelen costar menos de la mitad de esa suma.
El optimismo de Broadway parece no verse afectado por la ausencia del influyente productor Scott Rudin, que dijo en abril que daría un paso atrás tras múltiples acusaciones de acoso a su personal. Rudin se ha disculpado por su comportamiento.
En cambio, la retirada de Rudin ha abierto el camino a nuevos inversorsionistas, al tiempo que no ha frenado proyectos de gran presupuesto como el primer montaje en Broadway del musical Funny Girl y los planes para un regreso de Dreamgirls.
"No ha dejado un vacío", dijo Gordon Cox, editor de teatro de Variety. "Hay grupos enteros de personas a las que antes no se les había pedido que invirtieran en un espectáculo de Broadway, ni se habían dado cuenta de que era algo en lo que podían participar. Ahora que sienten que pueden hacerlo, les parece algo genial".