Ciudad de México. Especialistas reconocen la aportación que la micromovilidad eléctrica aportaría a la salud pública, al ayudar a reducir los gases de efecto invernadero. No obstante, advierten que la facilidad con las que podrían recargarse motocicletas y bicicletas en los barrios de la Ciudad de México haría necesaria una estricta reglamentación que permita su sustentabilidad.  

Alejandro Villegas, director de Planeación Metropolitana Sostenible para la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), señaló que “la micromovilidad eléctrica representan una ventaja significativa en el corto y mediano plazo para abatir en primera instancia las emisiones de contaminantes urbanos que afectan seriamente la salud pública”.

De acuerdo con estudios del “Instituto Nacional de Salud Pública y el Inegi, se estima que en México se producen 48 mil muertes prematuras relacionadas con los altos niveles de contaminación en las ciudades mexicanas”, agregó, durante el foro virtual Electromovilidad en las Periferias de la Zona Metropolitana del Valle de México.

Estudios en diferentes partes del mundo con relación a la emergencia sanitaria del Covid, muestran “que las ciudades con mayor contaminación del aire en todo el mundo son más propicias a una mayor propagación de enfermedades como la del  Covid-19, de tal manera que los vehículos eléctricos son una oportunidad impostergable para que combatamos con mayor énfasis la contaminación”.  

Por su parte Daniel Chacón, director de Energía de la Iniciativa Climática, organización dedicada a promover la economía de bajo carbón en México, planteo hacer sustentable mediante reglas estrictas a la micromovilidad eléctrica y no demeritarla a falta de éstas.  

Indicó que la circulación de estas unidades “en las vías rápidas de la Ciudad de México multiplicó los accidentes y éste es un punto que debemos cuidar mucho e ir estudiando cómo ir evolucionando esta micromivilidad de taxis ecológicos para cuidar la seguridad tanto de los pasajeros como del conductor”.

Expuso que esta actividad, “está pobremente regulada tanto en los aspectos ambientales como en los de seguridad; hay muchas lagunas en el sistema que no podemos dejar que se solucionen solas”.

Indicó que la parte de la educación vial de los conductores de estos vehículos tiende a minimizarse, “en el tema específico de la bicicleta tenemos accidentes diarios mortales que la verdad duelen mucho”.  

“Es preocupante cómo estos accidentes ocurren  por impudencia tanto de los propios conductores de las bicicletas como por los automovilistas. Si esta misma situación vamos a tener en el desarrollo de la micromovilidad creo que debemos preocuparnos bastante más en como atacamos este problema”, añadió.

Indicó que tendría que fomentarse “una reglamentación efectiva con castigos ejemplares para quienes no obedezcan y esto va todo enfocado a la preservación de la salud y de la vida, no nada más hay que cuidar el medio ambiente también hay que cuidar la vida”.

Advirtió que debido al desarrollo tecnológico particularmente de baterías, comprar una de éstas es relativamente fácil lo que vendrá a facilitar también la recarga de este tipo de vehículos.