Ciudad de México. Aunque el aumento de la pobreza moderada y extrema en el país en 2020 era previsible, hay aspectos que resultan especialmente “sorpresivos, graves y reprobables”, como el aumento de 12 por ciento en las carencias por acceso a la salud y el hecho de que los programas sociales no se estén enfocando realmente en los sectores que más los necesitan.
Así lo afirmó Roberto Gutiérrez Rodríguez, jefe del departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I), quien llamó al presidente Andrés Manuel López Obrador a “reconsiderar” sus críticas hacia el estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), presentado el jueves.
“Ya me esperaba estos resultados (alza de 2 por ciento de la pobreza moderada y 1.5 de la extrema, de 2018 a 2020), con todo lo que habíamos visto antes de aumento de desempleo e informalidad laboral, pero no los de los servicios de salud y las trasferencias de programas sociales”, admitió el investigador en entrevista con La Jornada.
Gutiérrez consideró “reprobable” que en el bienio estudiado aumentara en 15 millones la cantidad de mexicanos que no cuentan con servicios sanitarios, y consideró que este hecho se debe a que no se realizó de forma adecuada la transición del extinto Seguro Popular (SP) al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
“No sólo muchos mexicanos no pudieron acudir al IMSS o al Issste, sino que la opción del Insabi tampoco la tenían. No transitaron de un sistema a otro y eso es muy preocupante, porque nos tomó en el momento de la pandemia y mucha gente quedó desprotegida”, lamentó.
Por otro lado, el especialista de la UAM-I llamó la atención sobre el hecho de que las transferencias de los programas sociales han sido “regresivas”, es decir, que los deciles socioeconómicos con más recursos recibieron más apoyo, y los que tienen más carencias, obtuvieron menos fondos.
Dicho aspecto “me parece muy grave, porque no puede ser que las familias que más necesitan las transferencias no las hayan recibido. Se ha dicho que primero los pobres, pero a la hora de la hora, fueron primero los menos pobres y hasta los ricos”.
Gutiérrez Rodríguez indicó que los fondos de los programas sociales se han destinado a ayudar a sectores como madres solteras, jóvenes sin trabajo ni estudio y campesinos a los que se les paga por reforestar, pero no a quienes perdieron su empleo debido a la pandemia, que es un sector muy importante.
Aunque los mencionados esquemas “son muy generosos, lo que nos ha enseñado este estudio es que no alcanzaron, no fueron suficientes para cubrir lo que cubrían programas anteriores”, creados en otros gobiernos, y que fueron desaparecidos en este sexenio.
A decir del investigador, otro aspecto más que no ha funcionado correctamente es el padrón de pobreza que se elaboró en el actual gobierno, cuyo objetivo era mejorar los registros anteriores, pero cuyos criterios de conformación no están del todo claros.
“El sistema de combate a la pobreza que se usa en México desde hace 25 años es focalizado y lo diseñó gente como Santiago Levy, y eso no le gusta al Presidente porque siempre ha tenido mucha resistencia a la tecnocracia.
“Por eso decidió levantar este padrón, pero nunca nos dejó conocer cómo lo hizo. Antes era más transparente y conocido, pero al no tenerlo, podríamos presumir que algunas familias pobres y muy pobres se quedaron fuera (de los programas sociales) y no están recibiendo los estímulos y trasferencias que necesitan”, apuntó.
Un aspecto más a considerar, indicó el experto, es que una buena cantidad del rubro de “transferencias” se compone por las remesas que enviaron a sus familias en México los migrantes que trabajan en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos.
Dicho monto se elevó el año pasado hasta alcanzar el máximo récord histórico de 40 mil millones de dólares, debido en parte a que el gobierno estadunidense le entregó recursos extra a las familias afectadas por la pandemia de Covid-19 en aquel país, muchas de las cuales son de origen mexicano y decidieron reenviarle esos fondos a sus seres queridos al sur de la frontera.
Por todo lo anterior, Gutiérrez Rodríguez urgió a “reevaluar el sistema de atención a la pobreza en México, porque si no, el problema de bajo crecimiento de la economía y alta informalidad va a continuar.
“Este es un buen momento para revisar lo que se está haciendo, reconsiderarlo y replantear las políticas para que no se ensanche la pobreza. Los estudios para eso sirven y estamos totalmente a tiempo (para corregir). El error sería no tomarlos en cuenta”.
Con respecto a las dudas que manifestó López Obrador sobre los resultados del estudio del Coneval, el investigador de la UAM-I recordó que dicho análisis fue elaborado con un método científico y con base en datos de un organismo del Estado mexicano, como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esta última dependencia, recordó, incluso fue “reforzada” por el propio Ejecutivo con personajes como Graciela Márquez Colín, ex titular de la Secretaría de Economía, por lo que los datos que sirvieron de base a la Medición Multidimensional de la Pobreza del Coneval fueron sistematizados “por gente que el Presidente conoce y que es de su plena confianza”.
Tras destacar que el Coneval está conformado por personajes incluso más cercanos al actual gobierno que el propio Inegi, el académico manifestó su extrañeza por la descalificación del mandatario.
“Quienes elaboraron los datos que el Presidente cuestionó (el viernes) son parte de un círculo íntimo, cercano a él, por eso se me hizo muy rara su afirmación. Hubiera esperado que dijera ‘vamos a analizar los datos’”, señaló.