Las Vegas. El Tri sufrió, se salvó de varias, presionó y dominó gran parte del partido, pero sirvió de poco pues el equipo alterno de Estados Unidos ganó con un solo gol a los 117 minutos del tiempo extra, para conquistar la Copa Oro de Concacaf en Las Vegas. Un naufragio sin excusas.
Con el desgaste de ambos equipos, ya era poco claro el juego y tras una falta, Miles Robinson anotó a los 117 minutos cuando parecía que se definiría por penales. Estados Unidos ganó así el torneo de Concacaf.
México tuvo una primera parte con control casi absoluto de la pelota, con buen flujo en el campo y llegadas con cierta frecuencia y facilidad ante la poca resistencia estadunidense, quienes elaboraron un gran despliegue defensivo. Pero cada entrada se complicaba en una serie de toques, muchos a Funes Mori, pero que no culminaron en remates. Y en ese detalle se escaparon varias oportunidades.
Desde los primero minutos hubo balones que dieron a las manos de los porteros. Una de Matthew Hoppe a Alfredo Talavera, sin mayor complejidad. Y varios intentos de Funes Mori, sobre todo un testarazo que fue una salvada asombrosa del guardameta estadunidense Matt Turner tras un córner.
Cuando el duelo parecía de total control mexicano, con eventuales intentos de contragolpe rival, Édson Álvarez perdió la pelota cerca del área. Un error imperdonable que pudo salir caro. La pelota quedó para Paul Arriola, quien pero para fortuna de los tricolores definió con un disparo todavía más grosero que la pifia del zaguero y así dejó escapar la oportunidad.
Poco antes del fin de ese episodio, Héctor Moreno se resintió de un muslo y tuvo que salir de la cancha, desconsolado, y sustituido por Carlos Salcedo.
El regreso al campo no bajó intensidad. Dos oportunidades de cada lado; la más clara un intento de Herrera de zurda que le quedó lejos.
Arriola, pos su lado, fusiló a la portería mexicana ante la distracción defensiva, pero Néstor Araujo saltó y alcanzó a desviar con la cabeza un tiro que parecía mortal. A veinte minutos del final reglamentario, Estados Unidos estuvo más cerca de anotar; si no caía el gol era por errores ingenuos en la definición.
El Tri recuperó control y serenidad al final del tiempo regular, después de minutos de peligro ante la presión estadunidense, pero los esfuerzos no sirvieron de nada y el duelo tuvo que extenderse de forma inédita hasta tiempo extra. En ese lapso, difuso y desgastante, el Tri tuvo un ligero dominio al principio, pero las oportunidades estuvieron en ambos lados y de igual modo no lograban resolver.
Hasta que estaba por terminar el tiempo extra y los penales ya estaban en el aire. Ahí, surgió Robinson para marcar el gol de la victoria, y en ese lance, dejar muy expuesta a la selección mexicana, vulnerable y hundida en su naufragio.