Cuando festejaron su eventual regreso a laborar como empacadores voluntarios en las tiendas de la cadena Walmart, nunca imaginaron que este propósito se retrasaría. Volver al trabajo por el que recibían propinas de los clientes no ha sido posible por el avance de la tercera ola de la pandemia.
Rogelio Calzada, adulto mayor que laboró como empacador voluntario, cuenta que tuvo que dejar el departamento que rentaba para alquilar un cuarto de azotea “más barato, ya no me alcanzaba”; pero ahora adeuda 10 meses a su nueva casera, unos 25 mil pesos.
Y es que en marzo de 2020 fue retirado, como miles de adultos mayores, de una tienda Walmart por ser población de riesgo ante la emergencia sanitaria.
Contar con el esquema de vacunación completo contra el Covid y que el semáforo epidemiológico esté en verde, fueron dos de los puntos principales del convenio que la cadena de supermercados firmó con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, el cual está vigente desde el pasado 15 de julio.
En lo que va de la pandemia el semáforo verde en la Ciudad de México sólo estuvo vigente 15 días, y desde el 21 de junio retrocedió a amarillo y esta semana a naranja. A la fecha, sólo tres entidades están en verde, que es un nivel de riesgo bajo.
Rogelio tiene 16 meses desempleado y en ese tiempo ha realizado “mandados o trabajos de lo que se ofrezca con amigos”, para solventar sus gastos “y tener por lo menos comida con la pensión universal de bienestar”.
Como él, Guadalupe García, de 68 años y ex empacadora de un Superama, dejó el apartamento que rentaba. Ahora “vivo con mi esposo en un cuarto de lámina de cinco por cuatro metros”, en un predio en la alcaldía Tláhuac.
Con su bastón en mano y un letrero que cuelga de su cuello, ella continúa boteando en la avenida Universidad al sur de la Ciudad de México. Lo mismo hacen dos de sus compañeras Carmen Contreras e Isabel Buch, en Paseo de la Reforma. Otros ancianos incluso se han incorporado al comercio informal, “vendiendo mascarillas o cualquier otra cosa que nos reditúe unos pesos de ganancia”.
Pero los adultos mayores coinciden en que ahora deben permanecer más tiempo en los cruceros y “es más complicado que la gente nos dé (una moneda) porque dicen que ya regresamos a trabajar en los supermercados. Pero nosotros les aclaramos que eso no es cierto, que en donde sí lo hicieron es en otras tiendas y en Walmart aún no es posible”.
Esta es la situación en la que los ancianos continúan luego de que durante meses protestaron para manifestar su inconformidad por la pérdida de su fuente de ingresos. Rogelio y algunos otros de sus compañeros piden se “flexibilice” el convenio con Inapam -con sus respectivas medidas sanitarias- como en Chedraui y Soriana, donde sus empacadores ya están en las cajas trabajando, aun con semáforo amarillo.
Sin embargo, Carlos Ezcurdia, adulto mayor y ex empleado que encabeza el colectivo Empacadores Voluntarios Adultos Mayores, opina lo contrario ya que “sería una irresponsabilidad porque estamos en una tercera ola de contagios y en semáforo naranja”, además de que “hay que respetar los criterios” que cada tienda de autoservicio definió para hacer posible su retorno.
Por lo pronto, añadió, estamos gestionando con la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México “que imparta cursos y capacitación para adultos mayores como computación básica y de emprendimiento”, mientras les es posible regresar a las tiendas. Por ello, pidió a sus compañeros tener paciencia para “sortearla de la mejor manera”.