Durango. La sequía en Durango ha quedado atrás, al menos ya los meses de junio y julio están dejando agua al estado, pero los daños que dejó la sequía en el estado arrojan un estimado de 50 mil vacas muertas.
Pedro Silerio García, presidente de la Confederación Nacional Campesina en Durango (CNC), celebró la regularidad de las lluvias que se han registrado en los últimos días. Pero dejó en claro que no se pueden echar las campanas al vuelo todavía, ya que el pasto apenas está brotando y la situación de emergencia no ha terminado.
El dirigente campesino dijo que ellos tienen contabilizadas más de 50 mil las cabezas de ganado muertas como consecuencia de la sequía que se ha registrado en el estado, principalmente en la zona norte y el semidesierto.
Pero aseguró que no se puede hablar ya de este número de animales muertos, porque falta el conteo final que pudiera aumentar todavía la cifra porque los productores han realizado un esfuerzo por mantener con vida a sus animales.
“Más que apoyo proveniente de programas federales, porque de esos no hubo nada, fue el apoyo de las remesas que llegaron de Estados Unidos por los mismos familiares de los productores”, dijo.
Incluso, reconoció Pedro Silerio que algunos productores tuvieron que sacrificar el bienestar de su familia para poder atender a sus animales, con la compra de suplemento alimenticio.
La Unión Ganadera Regional en Durango y la Unión Ganadera del Norte todavía no han realizado un conteo del ganado muerto y no quieren especular sobre las vacas muertas durante esta sequía, pero sí aseguran que se cuentan por miles.
Por lo pronto las lluvias se han dejado sentir sobre todo en el centro del estado y la zona serrana y de las 10 presas más importantes que tiene el estado ya tres de ellas sobrepasan el 100 por ciento de su capacidad por lo que están desbordando agua.
De estas presas una se encuentra en el municipio de Durango con un 101 por ciento; la segunda en el de Poanas con el 106 por ciento y la tercera en el de Súchil, en zona indígena, con el 101 por ciento.
Pero a pesar de las lluvias, todavía dos presas se encuentran con niveles de almacenamiento muy bajos, la San Gabriel, la tercera más grande del estado ubicada al norte de la entidad con el 13 por ciento y la Lázaro Cárdenas, la más grande de la entidad, también al norte del estado, con el 30 por ciento.