Cannes, Francia. El “chico bueno” de Hollywood, a pesar de sus 50 años cumplidos en octubre, desembarcó sereno y sonriente hace pocos días en la Riviera Francesa. Matt Damon no tiene ningún premio que retirar en el prestigioso Festival de Cannes ni competiciones que vencer.
Es el protagonista de Cuestión de suerte, película fuera de concurso, dirigida por Tom McCarthy, al que podemos recordar por Spotlight. En esta ocasión, la estrella estadunidense encarna a Bill Baker, quien llega de Oklahoma a Marsella para rescatar a su hija Allison, víctima de una detención, al parecer injustamente, por un homicidio jamás cometido.
A partir de aquí comienza Baker con sus propias investigaciones, para probar su inocencia. Un Thrillercombinado con melodrama, inspirado en el caso de Amanda Knox.
“Un personaje muy distinto a mi. Pero tuve que buscarle un acercamiento emotivo, pues se siente culpable. Es la pesadilla que vive cada padre, el sentirse inadecuado”, dijo Damon arropado por su experiencia sobre el sentimiento paterno, gracias a sus cuatro hijas junto a su esposa Luciana Barroso.
“Soy muy aburrido. Conmigo los periódicos de farándula han botado la toalla. No han logrado involucrarme en ningún escandalo”, explicó.
McCarthy es uno de los tantos directores admirables con los que Damon ha trabajado. Por mencionar algunos: Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Christopher Nolan, Ridley Scott, Gus Van Sant y Clint Eastwood.
“Trabajar con grandes directores demanda de una preparación a fondo, pues nunca sabes lo que requerirán de ti. Pero yo me meto en las películas, porque lo veo como un trabajo muy práctico. Amo mi oficio, por eso soy un entusiasta”, mencionó.
Pero, ¿Quién ha sido su maestro? “Robert De Niro, sin duda. Me ha marcado definitivamente. En The Good Sheperdme dejó 44 minutos parado delante de la cámara que solo encuadraba mis ojos, porque quería encontrar la expresión adecuada”, aseguró.
Reencontrarse aquí en una sala de cine con varios centenares de personas lo ha conmovido: “Ha sido un año y medio muy duro. Hemos vivido una situación inhumana, sin contactos directos, gracias a la pandemia. Me sentí como si esta hubiese sido la primera vez, y lloré”, comentó Damon con su usual calidez en el tan esperado Rendez-Vous, frente a un público tumultuoso, al cual le concedió autógrafos con toda generosidad.
En realidad es difícil recordar todos los títulos importantes de su carrera. “Sabia desde pequeño que sería actor”, admitió. Pasión compartida con Ben Affleck, su amigo desde que tenían 10 años de edad, con quien se lanzo al estrellato con El indomableWill Hunting, película que le mereció el Oscar como guionista. “Esto nos cambio la vida. Ben y yo no teníamos estrategias en mente. La única regla que nos impusimos a nosotros mismos fue que todo debía ser creativo”, dijo el actor.
“Estábamos en el Collegey vivíamos en Cambidge, con otros amigos en un apartamento muy pequeño y mugriento. Ben dormía en el sofá. No podíamos permitirnos algo mejor. Cuando vendimos el guion, estábamos sin un centavo. Cuando leímos en Varietyla noticia sobre dicha venta, se lo enseñábamos a todos los dueños de casa hasta que alguien nos hizo caso”, agregó.
“Jamás hay que tomarse las cosas tan en serio”, dijo. Ni siquiera el dinero ha sido su prioridad, a juzgar por el gusto con que recuerda su anécdota con Avatar. “James Cameron me dijo que esta película no tenia necesidad de estrellas. Pero si aceptaba mi parte, me ofrecía el 10% de las ganancias. Estaba trabajando en la post producción de Bourne Identity, y no quise dejarlo. Les aseguro que no conocerán a un actor que haya rechazado tanto dinero”, prosiguió muy afable. “Algún día quisiera poder trabajar con él, aunque no me pague”, agregó. Y mientras continuaba repasando su carrera, recordó también su rechazo a El Planeta de los simios, de Tim Burton: “De eso si, no me arrepiento para nada”, aclaró Damon.