Caracas. La ministra del Interior de Venezuela dijo el jueves que accesos del noroeste de Caracas fueron cerrados en un despliegue de las fuerzas de seguridad ante intensos choques armados con bandas de la delincuencia organizada, que según críticos se han apoderado de una parte de la capital.
Al menos cinco populosas localidades de ese sector capitalino están desde el miércoles por la tarde asediadas bajo intensas balaceras con fusiles de asalto por parte de grupos criminales que operan principalmente desde las colinas, pero que ahora han avanzado hacia zonas residenciales y comerciales, en un despliegue de poderío armado.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro no ha dado un balance de muertos y heridos por los enfrentamientos, pero activistas de derechos humanos en la zona han dicho que al menos cuatro civiles murieron el miércoles y media docena ha resultado herida al caer por balas perdidas en los choques.
El Ministerio del Comunicación no respondió de inmediato un pedido de comentario sobre personas fallecidas y heridas.
Desde la tarde del siete de julio "grupos estructurados de la delincuencia organizada pretenden socavar la paz de varios sectores de Caracas", dijo la ministra del Interior, Carmen Meléndez.
"Los organismos de seguridad del Estado continúan desplegados en las zonas vulneradas por estos criminales (...), específicamente de las parroquias La Vega, Santa Rosalía, El Paraíso, San Juan y El Valle", agregó en su cuenta de Twitter.
La televisora oficial divulgó por la tarde al menos nueve fotos con nombres y alias de miembros de esas bandas y por los que ofreció recompensas de entre 20 mil dólares a 500 mil dólares.
"Es el mismo conflicto" desde hace meses, dijo un activista de derechos humanos radicado en una de las barriadas afectadas. Las bandas buscan la "expansión y control de territorio. Buscan controlar la boca suroeste de Caracas que es el corredor que comunica Caracas con el occidente del país", agregó pidiendo no ser identificado por lo peligroso de la situación.
"Vivo en el piso ocho de mi edificio, entonces me estoy cubriendo por seguridad (...) Estamos presas en nuestras viviendas", dijo vía telefónica Inés Cándida, de 56 años, residente en El Paraíso, un zona de clase media y cercana al área montañosa donde operan bandas como la de Carlos Luis Revete, alias Koki, una de las mas activas, y por quien las autoridades ofrecieron el jueves una recompensa de medio millón de dólares al que ofrezca datos sobre su paradero, según la televisora estatal.
En el sector de El Cementerio, "parece que estamos en una zona de guerra", dijo el sacerdote católico Wilfredo Corniel, de 45 años, en diálogo telefónico, mientras del otro lado se oían detonaciones, desde la casa parroquial donde dijo que se resguardaba en un cuarto sin ventanas.
En un segmento de una de las principales autopistas de la ciudad está restringido el tránsito, dijo el Ministerio del Interior en su cuenta de Twitter. Algunos de los choques han ocurrido cerca de sedes de instituciones gubernamentales.