La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) pidió al gobierno federal no regularizar la importación de autos “chocolate” ante el riesgo de ser un “atentado” contra el sector automotriz que representa el 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) manufacturero.
José Medina Mora, presidente del organismo del sector privado, indicó que el intento por legalizar vehículos importados de Estados Unidos “implicaría legalizar el contrabando y fomentar la competencia desleal en una industria estratégica para México y gravemente afectada por la pandemia.”
Recordó que desde 1979 a 2011 han existido 19 procesos de regularización, aunque desde diciembre de 2020 es factible importar un auto “chocolate” si se cumplen con los requisitos.
Coparmex dijo coincidir “con la buena intención de apoyar a quienes menos tienen”.
Sin embargo, “no respaldamos medidas que distorsionen la economía, provoquen la pérdida de empleos, deterioren la confianza en la inversión y la recaudación de impuestos, afecten el medio ambiente.”
Subrayó que entre enero y mayo la venta de automóviles ligeros se contrajo 19.8 por ciento, por lo que se encuentra por debajo de los niveles registrados en enero-mayo de 2019.
Además, señaló, la producción total de vehículos ligeros está 19.7 por ciento por debajo de los niveles vistos en el mismo periodo previo a la pandemia.
Destacó que la competencia desleal que representa la regularización de autos “chocolate” atentaría contra la recuperación de la industria, pues se estima que la legalización provoque una caída de 39 por ciento en las ventas del mercado nacional.
Aunado a ello, apuntó que la medida tendría efectos recaudatorios. Los fabricantes dejarían de pagar IVA e ISR ante los recortes en la producción que tendrían que hacer por una menor demanda de autos nacionales.
Habría una contracción en la captación del ISAN, que es un impuesto que los compradores de vehículos nuevos tienen que pagar. En 2020, se recaudaron poco más de 11 mil millones de pesos por este concepto.
“La regularización de los vehículos que se encuentran en calidad de contrabando sería un duro golpe a la economía y aumentaría la obsolescencia automotriz, México no debe ser el basurero automotriz de ningún país”, concluyó.