Ciudad de México. A partir de la pandemia y, colateral a los efectos que tuvo en la vida cotidiana de miles de millones de personas alrededor del mundo; uno de los sectores que ha manifestado mayores cambios y ruptura de paradigmas ha sido el inmobiliario que, a pesar de todo, no se ha desacelerado, pero su reconfiguración avanza acorde a las demandas de nuevos tipos de vivienda de todos los segmentos, detalla Luis Domingo Madariaga Lomelín.
Sin embargo, el especialista en inversiones inmobiliarias refiere que, en lo que respecta al mercado de vivienda vertical, previo a la pandemia, la demanda de este cayó en ventas a nivel nacional en un 15%, mismo efecto que tuvo en la Ciudad de México.
“Para sorpresa del entorno Real Estate, las ventas de vivienda vertical en el interior de la República presentaron un incremento durante el 2020, siendo Guadalajara y Monterrey donde se registró el mayor avance, del 3% y 5%; aunque hay otras con avances significativos como Puerto Vallarta, León, Mazatlán y Aguascalientes; no obstante, como se sabe son mercados más reducidos”.
Para Madariaga Lomelín estos indicadores representan un avance positivo que a futuro debería observarse como una tendencia de beneficio para el crecimiento económico de las diferentes regiones del país, siempre y cuando los desarrollos inmobiliarios de viviendas verticales traigan consigo el desarrollo del entorno, tal como infraestructura pública, áreas verdes, restauración de elementos tanto culturales como deportivos, así como vías de comunicación e integración tecnológica.
“Indudablemente, el desarrollo de viviendas verticales es sinónimo de crecimiento económico y plusvalía por el tipo de edificación que representa, pero se debe entender también que, actualmente existe un factor en esta ecuación, el cual apunta a que más del 60% de la oferta de este tipo de viviendas corresponde a un nivel Residencial y Premium, dejando en solo 8% al nivel Medio”.
Asimismo, el también experto en arquitectura vertical explica que, este fenómeno de oferta en el mercado inmobiliario obedece en parte a las regulaciones existentes en el país, las cuales no permiten una alineación entre las necesidades del mercado y lo que puede construir el desarrollador.
“Como ejemplo tenemos la mancha urbana de la Ciudad de México; en la zona céntrica se focalizan la gran mayoría de centros de trabajo; sin embargo, los trabajadores tienen sus viviendas en las afueras de la metrópoli, principalmente por tema en los costos de compra o renta. Esto debe cambiar, por ello es que luce inmejorable que el desarrollo de vivienda vertical se diversifique, pero siendo de carácter asequible, porque de lo contrario no habría cambios en la realidad que se experimenta actualmente”.
Por lo anterior, Luis Domingo Madariaga Lomelín señala que, el Programa de Regeneración Urbana y Vivienda 2019-2024 de la CDMX, se proyecta como un revulsivo que permitirá a segmentos de la sociedad de recursos limitados, acceder a viviendas dignas; siendo posible a través de las facilidades que otorgará el gobierno capitalino a los desarrolladores inmobiliarios, quienes a su vez otorgarán el 30% de viviendas de sus proyectos a este programa.
“El mercado de la vivienda vertical podría tornarse equilibrado en cuanto a oferta para los diferentes segmentos, dependiendo del éxito del programa de vivienda incluyente de la CDMX, porque más adelante podría llevarse a otros estados y diversificarse aún más”.