Madrid. La ley que autoriza la eutanasia en España entró en vigor el viernes pasado, con lo que el país se convierte en uno de los pocos del mundo en permitir a un paciente aquejado de una enfermedad incurable morir para poner fin a su sufrimiento.
El texto "da respuesta a la demanda social existente en torno a este tema" y contiene "garantías" para acotar el recurso a la eutanasia, destacó el jueves el ministerio de Sanidad a propósito de ley, adoptada en marzo por el Parlamento.
España es el cuarto país del mundo que despenaliza la eutanasia, después de Holanda, Bélgica y Luxemburgo.
La ley permite tanto la eutanasia -cuando el equipo médico provoca el fallecimiento del paciente- como el suicidio médicamente asistido, es decir cuando el paciente toma la dosis del producto prescrito para darse la muerte.
El texto prevé que toda persona aquejada de una enfermedad "grave e incurable", o que sufra dolores crónicos incapacitantes, pueda pedir ayuda médica para morir y evitarse "un sufrimiento intolerable".
Las condiciones son no obstante estrictas: la persona que lo pida debe ser capaz y "consciente" en el momento de hacer la demanda, que debe formularse por escrito y "sin presión externa", y renovarse quince días más tarde.
El médico podrá rechazar la solicitud, si estima que no se cumplen los criterios, o hacer valer su objeción de conciencia.
La solicitud deberá ser aprobada por otro médico y recibir el visto bueno de una comisión de evaluación.
La Iglesia católica y los partidos conservadores se opusieron a la medida. El Partido Popular, el principal de oposición al gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez, presentó este jueves un recurso contra la ley ante el Tribunal Constitucional.