Bagdad. Irak denunció el lunes los mortíferos ataques de Estados Unidos contra posiciones de las milicias proiraníes en su territorio y en la vecina Siria, al tiempo que la poderosa coalición paramilitar iraquí Hashd al-Shaabi amenazó con vengar a sus combatientes asesinados.
Según el Pentágono, los ataques mataron a unos diez combatientes y fueron en represalia por acciones similares contra intereses estadunidenses en Irak en los últimos meses, que Estados Unidos achaca a facciones iraquíes leales a Irán, enemigo de Washington.
Los ataques se produjeron mientras siguen los esfuerzos para que Estados Unidos vuelve al acuerdo nuclear con Irán, que ofrece a Teherán un alivio de las sanciones a cambio de su compromiso de no dotarse de armas nucleares y de reducir drásticamente su programa nuclear.
En Bagdad, el primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazimi, denunció en un comunicado una "violación flagrante de la soberanía" de su país, al tiempo que llamó a "evitar la escalada".
Además reiteró su rechazo a que Irak se utilice como "territorio de ajuste de cuentas".
Desde hace años, Bagdad advierte del peligro de que sus dos principales aliados, Irán y Estados Unidos, utilicen su territorio como campo de batalla para ajustar cuentas, en un contexto de continua tensión por la cuestión nuclear.
El lunes de madrugada y por orden del presidente estadounidense Joe Biden, la aviación apuntó a centros operativos y depósitos de armas en dos lugares de Siria y uno de Irak, instalaciones utilizadas por las milicias que tienen el apoyo de Irán, anunció el Pentágono.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), los ataques destruyeron un almacén y una posición de los milicianos iraquíes de Hashd al-Shaabi cerca de la ciudad de Bukamal, en el este de Siria, cerca de la frontera iraquí.
Al menos siete combatientes iraquíes murieron, dijo la oenegé que tienen una amplia red de fuentes de información en Siria, devastada por la guerra, donde varias milicias armadas extranjeras luchan junto al régimen contra los rebeldes y los yihadistas.
"Venganza"
La Hashd al-Shaabi, una alianza paramilitar, confirmó la muerte de cuatro de sus miembros en ataques en la región de Al Qaim, en el oeste de Irak, cerca de la frontera con Siria.
Los combatientes estaban "cumpliendo su misión habitual de impedir la infiltración" de yihadistas desde Siria, dijo Hashd al-Shaabi en un comunicado, asegurando que "no estaban involucrados en ninguna actividad hostil a la presencia extranjera en Irak."
"Las posiciones bombardeadas no albergaban ningún depósito, en contra de las alegaciones de Estados Unidos", indicó.
El Pentágono aseguró que los objetivos eran "instalaciones" utilizadas por las milicias involucradas en "ataques con vehículos aéreos no tripulados (UAV) contra personal e instalaciones estadounidenses en Irak
No estaba claro de inmediato si las cuatro muertes anunciadas por la Hashd estaban incluidas o no en el número de muertos del OSDH.
La Hashd al-Shaabi niega haber actuado fuera de Irak, pero algunas de sus facciones con base en el este de Siria luchan --en su propio nombre-- junto al régimen de Asad.
"Vengaremos la sangre de nuestros mártires (...) Ya hemos dicho que no nos callaremos ante la presencia de las fuerzas de ocupación", amenazó la Hashd en otro comunicado.
Drones
La Hashd, que se integró hace unos años a las tropas regulares, tiene según los expertos un gran poder en Irak, un país en el que Irán goza de gran influencia y donde Estados Unidos aún mantiene unos 2 mil 500 soldados.
Tras los ataques, Irán acusó a Estados Unidos de "perturbar la seguridad regional".
La operación estadounidense es la segunda de este tipo contra las milicias proiraníes en Siria desde que Joe Biden asumió el cargo en enero. Una veintena de combatientes murieron en el primer ataque de febrero.
Desde principios de 2021, más de 40 ataques con cohetes o drones tuvieron como objetivo los intereses de Estados Unidos en Irak, y Washington culpa a las facciones proiraníes.
La Hashd se felicita de los atentados contra Estados Unidos pero no reivindica su autoría.
El uso de drones es un dolor de cabeza para Estados Unidos porque pueden evadir las baterías de defensa C-RAM instaladas por el ejército estadunidense para hacer frente a los disparos de cohetes.
Washington ha ofrecido hasta 3 millones de dólares por información sobre ataques antiestadounidenses.
EU lanzó una segunda ronda de ataques aéreos contra milicianos, apoyados por Irán, en Irak y Siria por orden del presidente Joe Biden, esta vez en respuesta a ataques con drones contra personal de EU en Irak. Infografía Graphic News