París. El cambio climático alterará de forma dramática e irreversible la vida en la Tierra en los próximos 30 años, agravando desde la escasez de agua y la malnutrición hasta los éxodos y la extinción de especies, según el borrador de un informe clave de la ONU obtenido por la AFP.
Los impactos devastadores sobre la naturaleza y el hombre se acelerarán independientemente del ritmo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se logre obtener, advierte el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
"La vida en la Tierra puede superar un cambio climático de envergadura evolucionando hacia nuevas especies y creando nuevos ecosistemas", según el resumen técnico de este borrador de 137 páginas. Pero "la humanidad no puede", zanja el texto.
El informe, de cuatro mil páginas, que debe ser aprobado por los 195 Estados miembros del IPCC, dibuja un panorama mucho más sombrío que el último de 2014.
Pero no será publicado hasta febrero de 2022, es decir, después de las reuniones internacionales claves sobre clima y biodiversidad de fines de este año. Algunos científicos estiman que su divulgación llegará demasiado tarde.
La activista sueca Greta Thunberg afirmó a la AFP que el borrador del informe permite al mundo ver "la realidad de frente". "Lo peor es cuando no queremos afrontar la realidad y restamos importancia a las cosas, diciendo 'todo va a ir bien, no te preocupes' (...) o 'estamos haciendo todo lo que podemos' cuando no es cierto", argumentó.
-"Nuestros hijos y nietos"
Hace una década, se estableció que limitar el calentamiento a +2 grados Celsius respecto a la era preindustrial era un objetivo razonable. Pero ahora el IPCC estima que un aumento superior a 1,5 grados Celsius ya podría provocar "progresivamente consecuencias graves durante siglos e irreversibles en algunos casos".
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estima que hay 40 por ciento de probabilidades de que el techo de +1,5 grados Celsius se supere al menos durante un año en el próximo lustro.
"Lo peor está por llegar: (el calentamiento) afectará mucho más a la vida de nuestros hijos y nietos que a la nuestra", avisa el IPCC.
Además, solo el alza registrada desde mediados del siglo XIX de 1,1 grados Celsius ya tendrá repercusiones cada vez más graves, incluso si se frenasen las emisiones de CO2 ahora y se alcanzaran las metas del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a menos + 2 grados Celsius y a ser posible a 1,5 grados Celsius.
Y con la tendencia actual, el mundo se dirige hacia un alza de grados Celsius.
Así, es probable que ya sea demasiado tarde para salvar algunos animales y plantas: "Incluso a +1,5 grados Celsius, las condiciones de vida cambiarán superando la capacidad de algunos organismos a adaptarse", según el informe, que cita como ejemplo los arrecifes de coral, de los que dependen unos 500 millones de personas.
También los animales del Ártico, una región que se calienta tres veces más rápido que la media mundial, podrían desaparecer, erradicando el modo de vida de los pueblos de la zona.
Los desarreglos climáticos también provocan la "multiplicación de las pérdidas súbitas" en los sistemas de producción alimentaria, como la agricultura, la ganadería y la pesca.
Falta de preparación
Pese al agravamiento ineludible de las condiciones de vida en la Tierra, el mundo no está preparado para hacerle frente: "Los niveles actuales de adaptación son insuficientes para responder a los futuros riesgos climáticos", previene el IPCC.
A +2 grados Celsius, hasta 80 millones de personas más que ahora sufrirán hambre en 2050 y 130 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema en la próxima década.
En 2050, centenares de millones de habitantes de ciudades costeras se verán amenazados por inundaciones más frecuentes, debido a la subida del nivel del mar que provocará además grandes migraciones.
Con +1,5 grados Celsius, en las ciudades, 350 millones de habitantes más sufrirán escasez de agua, y serán 400 millones con +2 grados Celsius. Con este medio grado adicional, 420 millones de personas suplementarias estarán expuestas a canículas extremas.
"Los costos de adaptación en África aumentarán en decenas de miles de millones de dólares anuales más allá de +2 grados Celsius", prevé el informe.
Catástrofes simultáneas
El borrador subraya por otro lado el peligro de los efectos en cadena. Algunas regiones, como el este de Brasil, el sureste de Asia, China central y casi todas las zonas costeras podrían sufrir tres o cuatro catástrofes meteorológicas simultáneas e incluso más: canículas, sequías, ciclones, incendios, inundaciones, enfermedades transmitidas por mosquitos...
Cita además los efectos nefastos fruto de la actividad humana, como la destrucción de hábitats, la sobreexplotación de recursos, la contaminación, las especies invasivas, la propagación de enfermedades...
"El mundo se enfrenta a desafíos complejos imbricados", afirma Nicholas Stern, especialista en economía climática, que no participó en el informe.
"Si no nos enfrentemos a todos a la vez, no superaremos ninguno", agrega.
El borrador destaca además los "puntos de inflexión" climáticos, susceptibles de cambiar el sistema climático de forma dramática e irremediable.
Un ejemplo es el deshielo de los casquetes glaciares de Groenlandia y de la Antártida Occidental, que contienen suficiente agua para hacer subir el nivel del mar de 13 metros. Los científicos establecen ese punto de no retorno en un alza de la temperatura superior a 2 grados Celsius.
¿Una sabana en la Amazonas?
Otro caso podría darse en el Amazonas, uno de los pulmones del planeta, que el calentamiento podría transformar en sabana.
La buena noticia es que las soluciones a estos problemas podrían tener efectos positivos en cadena.
Por ejemplo, la conservación y restauración de los manglares y de los bosques submarinos de algas podrían aumentar el almacenamiento de CO2, proteger las costas contra las sumersiones, proveer un hábitat a numerosas especies y alimentar a las poblaciones costeras.
Si bien algunos efectos negativos son ineludibles a corto plazo, el informe deja también espacio para el optimismo: la humanidad todavía puede aspirar a frenar el calentamiento en la segunda mitad del siglo XXI, tomando medidas determinantes ahora, asegura.
"Necesitamos una transformación radical de los procesos y comportamientos a todos los niveles: individuos, comunidades, empresas, instituciones y gobiernos", aboga el borrador.
"Debemos redefinir nuestro modo de vida y de consumo", concluye.