Ciudad de México. El fármaco Adulhelm para el tratamiento del Alzheimer, aprobado hace una semana por la agencia de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, es el inicio de la generación de nuevos fármacos que podrían estar modificando el desarrollo de esta enfermedad, coincidieron especialistas de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En conferencia virtual, el investigador José Luis Delgado Reyes expuso que con ello se abre un nuevo camino para tratar el problema de raíz y no sólo para provocar una mejoría transitoria en el paciente.
María del Carmen Cárdenas Aguayo, del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, expuso que actualmente existen alrededor de 35 millones de casos de Alzheimer en el mundo, los cuales se estima podrían triplicarse para 2050.
Recordó que el envejecimiento es el principal factor de riesgo para desarrollar este padecimiento. “La prevalencia de Alzheimer es de 7.3 por ciento en adultos mayores”, dijo. Añadió que la mayoría de los casos, entre el 95 y 99 por ciento, son esporádicos, es decir que se presentan sin un antecedente genético.
Indicó que de acuerdo con cifras de la Federación Mexicana de Alzheimer, en el país se calculan alrededor de un millón de personas con esta enfermedad, aunque “probablemente sean más porque no se reportan” y muchos de ellos son cuidados en sus casas.
Sobre el fármaco Adulhelm, Cárdenas Aguayo expuso que sus creadores lo que promueven “es que es la primera vez que un fármaco no es para los síntomas, sino que podría estar modificando el desarrollo de la enfermedad, tratando de intervenir en sus fases”. No obstante, aclaró que se basa en una hipótesis que todavía está en fase de prueba.
El investigador José Luis Delgado mencionó que durante la enfermedad de Alzheimer se pierden cantidades de neuronas; unas de las primeras son las del hipocampo, por eso el paciente tiene como síntoma principal trastornos de memoria. Conforme avanza, se afectan otras áreas cerebrales y no puede reconocer rostros, incluso de familiares cercanos; terminan postrados en una cama y fallecen, generalmente, por un proceso infeccioso pulmonar o de vías urinarias.
Cárdenas Aguayo añadió que anteriormente se hablaba que en América Latina no había tantos casos de esta enfermedad, pero actualmente se ha visto que los latinoamericanos tienen una mayor incidencia de desarrollarla.