Ciudad de México. En México, 11.5 por ciento de la población infantil (3.26 millones) de entre 5 y 17 años de edad realizaba actividades laborales en 2019. Aunque se estima que debido a la pandemia de Covid-19, la cifra se habría elevado a 3.5 millones.
Así se informó este lunes durante la presentación del informe Compromisos y dilemas del T-MEC: políticas laborales, familias y trabajos de niños, niñas y adolescentes en México, elaborado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), el marco de la conmemoración del Año y Mes Internacionales para la Eliminación del Trabajo Infantil en el mundo.
El documento, que incluye un análisis del Capítulo 23 del T-MEC donde se pone en relieve la erradicación del trabajo forzoso u obligatorio, muestra la preocupación de la Redim y de miembros de la sociedad civil de que la regulación e interpretación legal del acuerdo criminalice a las familias en condiciones de pobreza, en un escenario que agrave más la vulnerabilidad de las niñas, los niños y los adolescentes (NNA) ante la presencia del crimen organizado, el deterioro económico y la deserción escolar que se agudizó con la pandemia.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (con datos a 2019), el rango de edad con mayores índices de ocupación infantil es de 15 a 17 años, pues la cuarta parte de esa población se encuentra empleada o realizando actividades laborales; además, 38.9 por ciento de los menores que trabajan es mujer.
Tania Ramírez, directora ejecutiva de Redim, detalló que 93.8 por ciento de los niños, niñas y adolescentes (NNA) que trabajan están en una ocupación no permitida; más de la mitad, 52.5 por ciento (1.13 millones) enfrentaba condiciones laborales que resultan peligrosas para su integridad (la construcción, el sector agropecuario o en bares) y 1.51 millones realizaban quehaceres en el hogar peligrosos o no adecuados; además 889 mil personas de 5 a 14 años tenían una ocupación bajo la edad mínima.
Agregó que 4.4 por ciento de los adolescentes de entre 16 y 18 años y uno por ciento de los de 13 a 15, no se inscribió al ciclo escolar 2020-2021 debido a que tenían que trabajar debido a las precarias condiciones de su familia.
En la presentación se informó que las causales del trabajo infantil son diversas, pero en 44.4 por ciento de los casos se dan por las condiciones de precariedad y pobreza de algunas familias en el país y necesitan su incorporación laboral, para pagar sus estudios y para cubrir deudas.
Agregó que también se da por la carencia de oportunidades laborales para las familias y disparidades salariales; obstáculos para el acceso a salud, alimentación y vivienda digna; la migración laboral y el desplazamiento forzado, y hoy en día por los efectos del Covid-19, que han provocado una recesión global, la disminución del PIB y pérdida de empleos.
“Esto ha conllevado a que la existencia del trabajo de NNA en México responda a múltiples aspectos estructurales que son necesarios atender, a través de políticas públicas que prioricen el derecho a la educación, salud, alimentación, vivienda con base en el interés superior de la niñez”.
Consideró primordial que en el marco del T-MEC se establezca la distinción clara entre el trabajo infantil, trabajo forzado o explotado.
Los especialistas convocados a la presentación del reporte llamaron a no criminalizar a las familias que permiten el trabajo de sus niños, pues la gran mayoría lo requiere y no se debe confundir con explotación; y advirtieron que a casi dos años de su entrada e vigor, el T-MEC no ha impactado aún en la erradicación del trabajo infantil, pese a que establece penalizaciones contra éste.
Jennifer Haza, directora ejecutiva de la organización Melel Xojobal, lamentó que los verdaderos beneficiarios de los tratados internacionales sean los grandes capitales,externos e internos, y no los menores de edad.
Insistió que en diversos acuerdos internacionales persisten miradas de criminalización y estigmatizacón hacia las familias que requieren que sus miembros menores de edad laboren, y la presencia de esos NNA “es una acción transformadora cuando se realiza de forma protegida”.
Enfatizó que en las acciones gubernamentales y, en ocasiones civiles, para proteger a esta población, regularmente no se toma en cuenta su voz ni se permite su participación.
En el acto se dio a conocer que la lista de productos enviados a Estados Unidos donde se ha detectado trabajo infantil forzoso destaca la exportación de cebollas, pepinos, tabaco, frijoles, melones, pimientos, caña de azúcar, berenjenas, tomates, café, vacas, vestidos y artículos de cuero.
Sin embargo, este listado no tiene un impacto real ya que las autoridades estadundienses se limitan presentarlo como un mecanismo de información a loc consumidores para que no adquieran los productos, pero no hay sanciones ni consecuencias arancelarias a las empresas.
A su vez, se dan actividades delictivas, ligadas al crimen organizado, como la pornografía infantil y la producción de amapola, donde se evidencia el trabajo forzado de NNA.
La agregada de asuntos laborales de la embajada de Estados Unidos, Mary Ellison, refirió que el T-MEC incluye un reconocimiento a los más importantes derechos laborales: a la libertad de asociación, la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso, abolición del trabajo infantil, así como eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.
Sin embargo, expresó, que hay mucho que hacer para proteger los derechos de este grupo ante el alarmante aumento en el número de NNA forzados a trabajar por la pandemia.
Estados Unidos ha identificado que 77 países producen y exportan 155 productos que se encuentran en la lista de materiales e insumos realizados mediante trabajo infantil forzoso y que son evaluados por un grupo de trabajo presidido por el departamento de Seguridad Nacional para asegurar sus prohibición.
“Se han otorgaron 180 millones dólares para apoyar la implementación de la reforma laboral en México y enfrentar los temas de trabajo infantil forzoso o explotado y la trata. Entre ellos, 90 millones de dólares en actividades de asistencia técnica, de los cuales 50 millones han sido fondos para el T-MEC”, apuntó.
Estos recursos han sido puestos en marcha en proyectos desarrollados en 28 estados del país, entre los que se incluyen Ciudad de México, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Oaxaca, Nayarit, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa y Veracruz sobre siete sectores como son: acero espacial, agricultura, automotriz, call center, electrónica minería y acero, reveló.
Pedro Américo Furtado, director de la oficina en México y Cuba la Organización Internacional del Trabajo, resaltó la importancia de atender las causas del empleo infantil, especialmente la miseria, pues subrayó que “no hay evidencia de que el trabajo infantil rompa los ciclos de pobreza”.