Kunduz, Afganistán. Diez empleados de la organización británica de desminado HALO Trust murieron el martes por la noche en un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), perpetrado en la provincia de Baghlan.
En un comunicado, el EI explicó que había penetrado en el recinto de la asociación británica HALO Trust y que "agrupó a los desminadores en dos habitaciones para luego abrir fuego contra ellos", informó el portal de vigilancia de sitios islamistas SITE Intelligence.
Según el Ministerio afgano de Interior, el ataque se produjo hacia las 22:00 locales, a unos 260 kilómetros al norte de Kabul. Un superviviente, herido y que se restablece en un hospital cercano, explicó bajo anonimato, la irrupción del comando en plena noche.
Entre cinco y seis hombres, dijo, treparon los muros que protegían la sede de la organización, cortaron los generadores de electricidad y reunieron a los 140 empleados, todos ellos afganos, que estaban descansando.
"Iban todos enmascarados. Uno preguntó si había hazaríes [minoría mayoritariamente chiita, objeto de ataques de los insurgentes] pero nadie respondió. Luego preguntó quién era el jefe", narró esta persona.
El que dio un paso adelante fue inmediatamente abatido. "Luego, uno (de los asaltantes) ordenó: '¡matenlos a todos!' y empezaron a disparar. Intentamos huir, algunos murieron, otros fueron heridos", dijo. El ataque duró dos horas, hasta medianoche, precisó.
La organización británica HALO Trust confirmó que diez de sus trabajadores murieron y que 16 resultaron heridos.
"Ahora nos centramos en atender al personal herido y en apoyar a las familias afectadas", indicó la organización.
“Un grupo de talibanes nos ayudó”
El vicepresidente afgano, Amrullah Saleh, había imputado el ataque a los talibanes y aseguró en Twitter que "querían robar dinero y minas sin explotar".
Pero James Cowen, el director de la ONG, explicó a la radio BBC que los talibanes locales ayudaron a acabar con el ataque. "Un grupo de talibanes locales nos ayudó e hizo huir a los asaltantes", aseguró. "Es un incidente horrible, el peor en la historia de HALO Trust", aseveró.
Los asaltantes fueron "de cama en cama, asesinando a sangre fría a mi personal". Por su parte, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, también desmintió que los insurgentes estuvieran involucrados en el ataque. "Condenamos los ataques contra gente indefensa", afirmó en Twitter.
"Mantenemos relaciones normales con las ONG´s, nuestros muyahidines nunca emprenden actos violentos", añadió.
Afganistán es uno de los países más minados del mundo, consecuencia de décadas de conflicto.
El coordinador humanitario de Naciones Unidas en Afganistán, Ramiz Alakbarov, consideró en un comunicado que es "repugnante atacar a una organización que trabaja en retirar las minas y los explosivos para mejorar la vida de poblaciones vulnerables".
En los últimos meses, la provincia de Baghlan fue escenario de violentos enfrentamientos, en algunos distritos casi a diario, entre las fuerzas gubernamentales y los talibanes.
En los distritos más asediados, los insurgentes colocaron minas y bombas al lado de las carreteras. Aunque estos explosivos están destinados a las fuerzas gubernamentales, con frecuencia matan e hieren a civiles.
HALO Trust se fundó en 1988 para retirar las minas que quedaron en territorio afgano tras casi una década de ocupación soviética. Actualmente, la organización humanitaria emplea a más de 2 mil 600 afganos, según su sitio web, y retiró minas de casi el 80 por ciento de los campos de minas y de los campos de batalla registrados en el país.
La violencia en Afganistán aumenta desde el 1 de mayo, cuando las fuerzas estadounidenses comenzaron la fase final de su retirada, ordenada en abril por el presidente Joe Biden. La retirada debe completarse como más tarde el 11 de septiembre, un periodo que los insurgentes intentan aprovechar para ganar terreno.