Barcelona. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el de la región de Cataluña, Pere Aragonès, se reunirán en junio en Madrid para tratar de avanzar en la superación de la crisis catalana a través del diálogo, acordaron este viernes en una conversación telefónica.
Sánchez y Aragonès -un independentista considerado moderado, en el cargo oficialmente desde hace dos semanas-, mantuvieron una charla "fluida y productiva" que se extendió durante 40 minutos, según sendos comunicados del gobierno español y catalán.
Ambos "han compartido el objetivo de avanzar hacia la superación de los retos comunes mediante el diálogo", agregan.
Todavía no hay fecha concreta para el encuentro que tendrá lugar en el Palacio de la Moncloa, sede de la presidencia del gobierno español, en Madrid.
La conversación llega en pleno debate sobre la posible concesión de los indultos a los dirigentes catalanes encarcelados tras el intento de secesión de 2017, para los que el propio Sánchez pareció allanar el camino la semana pasada, y que podrían producirse en un futuro cercano.
El movimiento enfrenta la oposición frontal de la derecha y la ultraderecha españolas, que el 13 de junio acudirán a una manifestación convocada en Madrid en rechazo a los indultos.
De los 12 líderes juzgados, nueve están cumpliendo penas de entre 9 y 13 años de cárcel, entre ellos Oriol Junqueras, presidente del partido separatista Izquierda Republicana (ERC), aliado clave del gobierno español en el Congreso y de la misma formación que Aragonès.
La espinosa cuestión del indulto, que se encuentra desde hace meses en la mesa del gobierno de coalición español, tampoco contenta completamente al independentismo, que pretendía lograr la amnistía de los presos.
Así lo ha expresado también Aragonès, que encabeza una coalición en el gobierno regional con la otra gran formación independentista, Juntos por Cataluña, con postulados más radicales.
El nuevo dirigente catalán aboga por dialogar con Madrid, pero se fija como objetivos un referéndum de autodeterminación y la amnistía que, a diferencia del indulto, afectaría también a los separatistas que se marcharon al extranjero y con causas pendientes en España, como el ex presidente regional Carles Puigdemont.
Ambas cuestiones han sido descartadas por el gobierno español de Sánchez que, por otro lado, coincide con Aragonès en la necesidad de reactivar la mesa de diálogo iniciada en 2020 y paralizada por la pandemia.