Nueva York. El gobierno de Joe Biden declaró que la lucha contra la corrupción a nivel mundial es pilar de su política exterior, ordenó la elaboración de estrategias para combatirla, afirmó que Estados Unidos será “líder por medio del ejemplo” pero que es una “misión para el mundo entero”, y como parte de este esfuerzo continuará financiando a organizaciones no gubernamentales (ONG) y periodistas de investigación en otros países.
Tras declarar que la corrupción ataca “las fundaciones de instituciones democráticas, impulsa e intensifica el extremismo y le facilita a los regímenes autoritarios corroer la gobernanza democrática”, el presidente Joe Biden proclamó que “la corrupción es un riesgo a nuestra seguridad nacional” y emitió una directriz para “establecer el combate a la corrupción como un interés central de la seguridad nacional de Estados Unidos”.
La directriz ordena a las diversas agencias de su gobierno a elaborar recomendaciones para el combate contra la corrupción. Biden afirmó que “Estados Unidos liderará por medio del ejemplo y en asociación con aliados, sociedad civil y el sector privado en la lucha contra el flagelo de la corrupción. Pero esta es un misión para el mundo entero. Y todos debemos apoyar a los ciudadanos valientes alrededor del mundo que están demandando gobernanza honesta y transparente”.
En la directriz, Biden afirma que la corrupción no sólo amenaza la seguridad nacional sino “la equidad económica, los esfuerzos globales contra la pobreza y por el desarrollo, y la propia democracia”, en Estados Unidos y el mundo, señalando que se calcula que la corrupción llega a ser 2 a 5 por ciento del PIB mundial. “Cuando líderes roban de los ciudadanos de su nación u oligarcas evaden el imperio de la ley, se desacelera el crecimiento económico, se amplia la desigualdad y se desploma la confianza en gobiernos”, advierte.
Altos funcionarios del gobierno de Biden en teleconferencia con periodistas señalaron que como parte de este esfuerzo contra la corrupción, Estados Unidos “continuará financiando a las ONG y a periodistas de investigación” que se dedican a este rubro.
Destacaron “la manera en que la corrupción es expuesta es a través del trabajo de periodistas de investigación y de las investigaciones por ONG” y agregaron que “usaremos este esfuerzo para pensar más sobre qué podemos hacer para fortalecer a otros actores en el mundo que están destapando la corrupción y sacarla a la luz”. Ese apoyo, reiteraron, incluye asistencia a organizaciones de periodismo de investigación y las ONG.
Aunque no se hizo mención de un país en particular, los funcionarios señalaron que esta prioridad se verá reflejada de inmediato en la política exterior, incluyendo en las Américas. Uno de los altos funcionarios indicó que “lo veremos en este hemisferio, el combate a la corrupción forma parte esencial de la agenda de la vicepresidenta Kamala Harris para su primer viaje internacional la próxima semana”, refiriéndose a la gira que realizara a México y Guatemala, y agregó que el tema “será un enfoque de todas sus conversaciones mientras esté viajando”.
El Departamento de Estado y la agencia federal de asistencia internacional USAID anunciarán nuevas iniciativas próximamente para incrementar su apoyo a las luchas contra la corrupción, alertaron los altos funcionarios.
Al explicar la iniciativa, que por ahora es sólo un “memorándum para un estudio de seguridad nacional”, o NSSM, los altos funcionarios indicaron que instruye a todas las agencias federales pertinentes -incluyendo las de inteligencia como la CIA- a colocar la lucha contra la corrupción como prioridad.
El NSSM ordena la elaboración de un informe y recomendaciones en 200 días sobre cómo el gobierno puede “modernizar, coordinar y otorgar más recursos para mejor combatir la corrupción, confrontar las finanzas ilícitas, hacer que actores corruptos rindan cuentas” y ampliar la cooperación internacional en este esfuerzo para transparentar el sistema financiero nacional e internacional.
El NSSM señala que se desarrollará la estrategia de trabajar con socios internacionales “para contrarrestar la corrupción estratégica de líderes extranjeros, empresas estatales o afiliadas, organizaciones criminales transnacionales y otros actores extranjeros y sus colaboradores domésticos, incluyendo cerrar lagunas legales explotadas por estos actores para interferir en los procesos democráticos en Estados Unidos y en el extranjero”.
También instruye que los programas de asistencia exterior y la cooperación en seguridad estadunidense con otros países incluya medidas anti corrupción.