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El imaginario de Francisco Toledo desembarca en España

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La magna exposición ‘Toledo ve’ se complementa con otra más pequeña, ‘Francisco Toledo: el color como forma’ (en la imagen), que recorre en 16 piezas la trayectoria artística del maestro desde una visión estrictamente pictórica, circunscrita a su etapa inicial. Foto cortesía Casa de México
28 de mayo de 2021 09:32

Madrid. Francisco Toledo era un manantial desbordado de imaginación. Era capaz de transformar y otorgar más belleza y profundidad a todo cuanto tocaba o lo rodeaba. Su obra, por tanto, no son sólo sus grabados, cuadros o esculturas más conocidas, también están sus aretes artesanales, sus papalotes de papel, sus servilletas y manteles, sus calcetines, sus piezas de orfebrería, que no sólo son una afirmación de su cultura y su idiosincrasia, sino también una ebullición palpitante de su libertad creativa.

Basado en esa máxima, el artista juchiteco, antes de su fallecimiento, el 5 de septiembre de 2019, ideó una exposición con todas esas facetas de su trayectoria creativa, que ahora se expone en la Casa de México en Madrid, con el título de Toledo ve.

La institución cultural tenía desde hace años entre sus proyectos más ambiciosos traer a España esa magna exposición que el mismo Toledo dirigió, la cual ya se mostró en el Museo Nacional de las Culturas Populares, en la Ciudad de México, y en la Capilla del Arte de la Universidad de las Américas, en Puebla.

El proyecto original, según relató a La Jornada Ximena Caraza, directora de la Casa de México, era traerla el año pasado, pero con la irrupción de la pandemia de Covid-19 y las restricciones a la movilidad en todo el planeta fue imposible. Así que se tuvo que posponer sine die.

Ahora, después de una ardua labor de coordinación con Sara López Ellitsgaard, presidenta de Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo AC, se lograron traer las 600 piezas que integran la exposición, que muestran el universo creativo de uno de los artistas mexicanos más universales y admirados.

Hace 21 años, un primer acercamiento

La obra de Toledo en España se pudo ver por primera vez en toda su magnitud en 2000, en una amplía retrospectiva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, uno de los grandes templos del arte contemporáneo en Europa.

Ahí se mostraron, sobre todo, sus esculturas más emblemáticas y su obra gráfica, que realza su pintura basada en la tradición zapoteca, herencia estética que recibió de Rufino Tamayo, artista al que conoció en París en los años 60 y, también, la impronta que tuvo en su vida ese viaje a Francia, donde contactó con Octavio Paz y recibió influencias de Paul Klee y Jean Dubuffet, así como de la pintura matérica de Tàpies.

En Toledo ve se pretende sobre todo profundizar en su inagotable inspiración y universo creativo, para lo que se agruparon las piezas en 16 núcleos de objetos de diseño, entre ellos joyería y afelpados elaborados en las áreas de producción artística del Centro de las Artes de San Agustín y el taller de afelpado del mismo espacio, así como mosaicos tradicionales que realizó en el taller Arte y Decoración de Oaxaca, entre otros.

Diana Cuéllar Ledesma, coordinadora de exposición de la Casa de México en Madrid, explicó que fue una labor ardua y minuciosa traer todas estas piezas, por su delicadeza y complejidad, como los 140 papalotes, los más de 200 aretes o los mosaicos, cuyo transporte se dificultó por el peso. Pero estamos muy orgullosos de poder divulgar la obra de un artista tan importante para el país como Francisco Toledo y resaltar no sólo su valía artística, sino su profundo compromiso social y su permanente vinculación e implicación con las tradiciones populares de su pueblo.

A lo largo de la exposición se ven con claridad algunas de las constantes inspiradoras en la vida del maestro Toledo, desde los trenzados que forman parte de los tejidos tradicionales de Oaxaca, hasta la necesidad de mostrar y dar voz a esa tercera descendencia del mestizaje mexicano, la de los negros esclavos, muchas veces obviada o ninguneada. Y, por supuesto, su compromiso con las lenguas originarias, sobre todo con el zapoteco. O, también, su larga lucha contra el maíz transgénico y su defensa del cultivo tradicional.

La magna exposición se complementa con otra pequeña muestra de su obra pictórica, titulada Francisco Toledo: el color como forma y que intenta, a través de 16 piezas hacer un recorrido por su trayectoria artística, pero desde el punto de vista estrictamente pictórico, si bien se circunscribe a su etapa inicial como artista.

Las exposiciones se podrán ver en Madrid hasta el próximo 19 de septiembre.

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