Ciudad de México. Las políticas de gobierno abierto deben adaptarse a las condiciones geográficas y de población de cada comunidad para responder a las particularidades de información y participación que cada realidad requiere, afirmó María del Carmen Nava Polina, comisionada ciudadana del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México.
Al participar en la mesa redonda “Estrategias locales de gobierno abierto en México”, la comisionada expuso el ejemplo de la capital del país donde dijo, existe una pluriculturalidad que implica no sólo la diversidad de etnias, lenguas y tradiciones, sino también de género, orientación sexual, edad y estratos económicos, a los que hay que responder de maneras diferentes.
En la mesa, realizada con motivo de la Semana del Gobierno Abierto, la Coordinadora Técnica del Núcleo de Organizaciones de la Sociedad Civil para el Gobierno Abierto en México, Melissa Chaidez Castaños, apuntó que debido a las diferencias de cada comunidad no existe una receta única para estos ejercicios.
Mencionó un estudio que su organización hizo en 2020 en donde se evaluaron proyectos de gobierno abierto y se encontró que no son sostenibles en el tiempo, pues pasado un año hallaron que el 41 por ciento de esos instrumentos no estaban actualizados o ni siquiera disponibles.
Advirtió que el mayor reto de estas prácticas es realizar una convocatoria real, pues la mayoría de los ciudadanos no saben dónde están los espacios donde pueden participar en los ejercicios de gobierno abiertos.