Puebla. Una falla de Anderson Santamaría terminó con las aspiraciones de su equipo Atlas, al tiempo que le dio el pase a la semifinal de la Liga Mx al Puebla, el cual logró regresar a esta instancia después de doce años. Así, los poblanos vencieron 1-0 para conseguir el empate 1-1 en el marcador global y avanzar por mejor posición en la tabla.
Sin los atacantes Christian Tabó y Renato Ibarra, quienes lograron recuperarse de lesiones sufridas en el primer duelo, ambos clubes tuvieron complicaciones para llegar a las redes.
El Atlas tomó el control en los primeros instantes en el estadio Cuauhtémoc al lanzar un disparo desviado de Christian Trejo.
El Puebla logró despertar cerca de la media hora de juego, cuando Omar Fernández habilitó a Amaury Escoto, quien mandó el esférico al travesaño. Poco después, Santiago Ormeño dio un pase retrasado para Daniel Aguilar, quien lanzó un tiro que pasó cerca del poste derecho.
Atlas recuperó el balón cuando Ignacio Malcorra desbordó por el carril izquierdo y disparó pero el esférico fue detenido por el arquero Antony Silva, aun cuando en el área se encontraban cuatro rojinegros.
Para el complemento, Puebla buscó las redes pero la presión los llevó a fallar en la definición. En contraste, Altas fue más cauto y en un contragolpe estuvo cerca de anotar.
Cuando el nerviosismo comenzaba a dominar a los locales, un error de los rojinegros les regresó el aliento. Gustavo Ferraris se filtró por el costado derecho para mandar un centro a Santiago Ormeño, pero el zaguero Anderson Santamaría se barrió y en un intento por desviar el balón lo mandó a puerta propia regalándole un gol a los poblanos.
Cerca de la eliminación, el técnico de Atlas Diego Cocca apostó todo y mandó a la cancha al goleador Julio Furch. Pero ahora los papeles se invirtieron, los rojinegros no reaccionaron y cayeron en la desesperación que los condenó a llegar a 70 años sin levantar un título.
Tranquilo pero consternado, Diego Cocca, timonel de Atlas, señaló que aun antes del partido “no éramos los mejores y ahora no somos los peores, somos un equipo en construcción y nos toca aprender para seguir compitiendo en estas instancias. Hoy el futbol no nos premió”.
Emocionado, Nicolás Larcamón dijo estar “orgulloso porque han creído en nuestro trabajo, eso nos representa mucha ilusión, creemos mucho de lo que somos capaces”.
Aunque se negó a señalar que había callado bocas, Larcamón, de 36 años de edad, indicó que demostró su calidad como técnico. “Había dudas cuando llegué, no conocían mi historia pero estuve en ligas internacionales”.