Manchester. Las vallas colocadas alrededor del Old Trafford mostraron más resistencia que la zaga del Manchester United en la cancha.
Hinchas del club protestaron de nuevo contra los propietarios y se enfrentaron a la policía que colocó nuevas barreras de acero para resguardar las entradas del estadio. Mientras, el partido ante Liverpool se desarrolló por fin con normalidad, 11 días después de que algunos inconformes lograron irrumpir en la cancha.
Quizás hubiera sido mejor para los Red Devils no disputar el encuentro. Cayeron por 4-2 y sufrieron su primera derrota ante su odiado rival desde que Jürgen Klopp se hizo cargo de Liverpool hace seis años.
La pobre exhibición defensiva del United fue desmoralizadora, pero no tuvo consecuencias reales sobre la situación del equipo, que de todos modos tiene una ventaja de cuatro puntos en el segundo puesto, cuando resta un par de fechas.
Para Liverpool, que disputó su primer encuentro desde que Manchester City terminó oficialmente con el reinado de los Reds en la Premier, el triunfo mantuvo viva la posibilidad de colarse al menos a la próxima Liga de Campeones.
Con tres duelos por jugar, Liverpool está cuatro puntos debajo de Chelsea, que es cuarto.
Un tiro de Bruno Fernandes se desvió en otro jugador y puso al United en ventaja a los 10 minutos. Diogo Jota igualó y el brasileño Roberto Firmino dio la vuelta en el descuento del primer tiempo.
Jota amplió la delantera apenas a los dos minutos del complemento. Si bien Marcus Rashford acortó la diferencia, Mohamed Salah hizo la cuarta diana de los Reds a los 90.
Aunque el United marcha invicto como visitante, sufrió su sexta derrota en la campaña de la Premier dentro de su estadio, que recibirá de vuelta al público la próxima semana, por vez primera desde marzo de 2020, cuando sobrevino la pandemia.
En el otro cotejo del jueves, Everton avanzó al octavo puesto, merced a un empate sin goles en la cancha del Aston Villa.