Si en 2018 las reformas detonaron un crecimiento sustancial de la participación femenina en los congresos del país, al punto que hoy México ocupa el cuarto lugar mundial en este rubro, la reforma constitucional conocida como paridad en todo
genera expectativas de un aumento sustancial en ámbitos de mayor rezago: las gubernaturas y las presidencias municipales. En 68 años en los que las mujeres tienen derecho a votar y ser votadas, sólo ocho han gobernado una entidad y, actualmente, únicamente encabezan cerca de 25 por ciento de municipios.
Como sucediera con la reforma de 2014, que se reflejó en los comicios de 2018, los cambios constitucionales de 2019 se espera impacten en los próximos comicios. Actualmente, la radiografía de mujeres gobernantes en presidencias municipales revela que hay entidades donde su participación es muy reducida: en Tlaxcala sólo siete de 60 alcaldías son gobernadas por mujeres, en Morelos 15 por ciento o 16 por ciento en Hidalgo, contrastando con 38 por ciento en Querétaro o 35 por ciento en Nuevo León.
A pesar del desequilibrio existente en estos ámbitos, las acciones promovidas por el Instituto Nacional Electoral, confirmadas en gran parte por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, enfrentaron la reticencia partidista, en especial de Morena, que presionó para cancelar una ruta encaminada a que el saldo de la elección sea similar al de 2018.
La participación de la mujer en el Congreso de la Unión se duplicó en las últimas cuatro elecciones: en 2009 sólo representaban 28 por ciento de las curules. Para 2015, con la reforma electoral que impulsó la paridad, alcanzaron 42 por ciento y en 2018, cuando además de los cambios legales se añadieron disposiciones administrativas y jurisdiccionales, se llegó a 48.2 por ciento.
A nivel estatal el avance también se consolidó en las legislaturas vigentes: 10 de los 32 congresos tienen mayoría femenina (en Morelos con 65 por ciento; Coahuila, 60 por ciento, y Chiapas, 65 por ciento, que contrastan con Nayarit, 32 por ciento, y Michoacán, 35 por ciento). No obstante, sólo cinco son encabezados por mujeres. Entre los partidos, Morena es el que tiene más legisladoras locales, con 195, en tanto que el PAN cuenta con 88 y el PRI con 84.
Ahora que el marco jurídico para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en el ámbito político ha sido debidamente definido, es deber poner especial atención en su correcta implementación y garantizar que la promesa de una democracia paritaria y libre de violencia se haga realidad
, reconoció la ONU sobre el avance en México. Sin embargo, en los espacios de poder aún se registran reticencias, pues a pesar de que sólo ha habido ocho gobernadoras en la historia, se regateó la paridad de candidaturas a este cargo.
A nivel municipal, si bien la presencia no es tan reducida, son pocas las grandes ciudades donde gobiernan mujeres: Chihuahua, Hermosillo, Mexicali y Aguascalientes son las únicas capitales bajo administración femenina (apenas el doble que las entidades que gobiernan, Sonora y la Ciudad de México), a las que se añaden un puñado de municipios importantes, como Acapulco o Cancún. Proporcionalmente, es un ámbito de reducida participación: 18 por ciento en Aguascalientes, 19 en Guerrero y también en Michoacán y Puebla.
A nivel partidista, el PRI cuenta con 183 alcaldesas, el PAN con 138 y Morena con 114. Tal es el escenario de la presencia femenina en gubernaturas y alcaldías que podría modificarse sustancialmente con la paridad de candidaturas.