Washington. Una empresa que opera un importante oleoducto en Estados Unidos anunció que se vio obligada a interrumpir temporalmente todas las operaciones de la tubería que entrega aproximadamente el 45 por ciento de todo el combustible consumido en la costa este del país tras un ataque de hackers.
En un comunicado, Colonial Pipeline explicó que el ataque ocurrió el viernes y que también afectó a algunos de sus sistemas informáticos. La empresa transporta gasolina, diésel, combustible para aviones y aceite para calefacción doméstica desde refinerías ubicadas principalmente en la costa estadunidense en el Golfo de México a través de oleoductos que van de Texas a Nueva Jersey.
La compañía —con sede en Alpharetta, Georgia— dijo que contrató a una firma externa de ciberseguridad para que investigue la naturaleza y el alcance del ataque y que también se puso en contacto con agencias policiales y federales.
“Colonial Pipeline está tomando medidas para comprender y resolver este problema”, dijo la compañía en un comunicado el viernes por la noche. “En este momento, nuestro enfoque principal es la restauración segura y eficiente de nuestro servicio y nuestros esfuerzos para volver a la operación normal. Este proceso ya está en marcha y estamos trabajando diligentemente para abordar este asunto y minimizar las interrupciones para nuestros clientes y quienes confían en Colonial Pipeline”.
El analista petrolero Andy Lipow dijo que el impacto del ataque en los suministros y precios de combustible depende de cuánto tiempo esté inactivo el oleoducto. Una interrupción de uno o dos días sería mínima, dijo, pero una interrupción de cinco o seis días podría causar escasez y aumentos de precios, particularmente en una zona que se extiende desde el centro de Alabama hasta el área de Washington, D.C.
Lipow dijo que una preocupación clave por un retraso prolongado sería el suministro de combustible para aviones, necesario para mantener en funcionamiento varios aeropuertos principales, como los de Atlanta y Charlotte, Carolina del Norte.
La naturaleza precisa del ataque no estaba clara, incluido quién lo lanzó y cuáles fueron los motivos. Una portavoz de Colonial Pipeline se negó a decir si la compañía había recibido una demanda de pago de rescate, como es común en los ataques de los hackers.
El llamado ransomware codifica los datos de los equipos de una organización atacada. Los delincuentes dejan instrucciones en las computadoras infectadas sobre cómo negociar el pago del rescate y, una vez pagado, proporcionan claves de descifrado del software extorsionista. Si bien durante mucho tiempo ha habido temores de que los enemigos de Estados Unidos interrumpan las operaciones de los proveedores de energía estadounidenses, los ataques de ransomware son mucho más comunes y se han disparado últimamente.
La compañía dijo en su página que opera la tubería de productos refinados más grande de Estados Unidos, al transportar más de 360 millones de litros (100 millones de galones) de combustible al día a través de un sistema de oleoductos que abarca más de ocho mil 900 kilómetros (cinco mil 500 millas).