Nueva York. La política “revitalizada" del gobierno de Joe Biden favorece el esfuerzo colectivo entre “socios” para promover la prosperidad y seguridad en el hemisferio americano, aunque en algunos casos Washington “presionará” a quienes considera que no están cumpliendo con sus “compromisos democráticos”.
La vicepresidenta Kamala Harris reiteró la consigna de su gobierno de que “Estados Unidos está de regreso” y que eso incluye “revitalizar nuestras relaciones con las Américas”, las cuales son “increíblemente complejas”.
En un discurso ante la Conferencia Anual de Washington sobre las Americas auspiciada por el Council of the Americas en conjunto con el Departamento de Estado, Harris afirmó que su gobierno está comprometido con “promover la democracia y el buen gobierno” en la región pero enfatizó que “los latinoamericanos están dando forma a su propio futuro, están escribiendo su propia historia…. Nuestro papel es… ayudar en lo que podamos mientras América Latina escribe su próximo capítulo”.
Indicó que la respuesta estadunidense a la migración desde Centroamérica y el sur de México se desarrolla bajo su coordinación de manera conjunta no sólo con esos gobiernos, sino con el sector privado, fundaciones y ONG´s y recordó que tiene programada una conversación con el Presidente Andrés Manuel López Obrador el viernes 7 de mayo y una visita en persona en junio en torno a este tema.
“Queremos ayudar” para resolver tanto las condiciones extremas actuales como los problemas de fondo que obligan a la gente a migrar y afirmó que para ello se requieren de estrategias integrales y trabajo regional en conjunto para abordar desde el cambio climático a la violencia, la falta de oportunidad económica, la corrupción y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
En ese contexto señaló que Washington tiene que criticar al gobierno de El Salvador por sus acciones contra el poder judicial en ese país.
El secretario de Estado, Antony Blinken, reiteró el mensaje de Harris, detallando tres prioridades en la relación con el hemisferio: frenar la pandemia, promover la recuperación económica “con equidad”, y dar “un nuevo impulso a nuestro apoyo a la democracia”.
En ese último punto indicó que aunque Estados Unidos trabajará como un socio con el resto de los países, aparentemente se reserva el derecho de enjuiciar y castigar a algunos. Señalando que “nuestras democracias están siendo puestas a prueba” y que incluso la estadunidense está enfrentando “obstáculos”, pidió redoblar esfuerzos para cumplir con las normas de la Carta Democrática Interamericana.
Declaro que se debe “condenar a quienes avasallan los derechos humanos y democráticos, como “el régimen feroz de (Nicolás) Maduro” y afirmó que, junto con los países socios, se ejercerá presión sobre el régimen” para “restablecer” la democracia.
Agregó: “seguiremos promoviendo los derechos humanos del pueblo cubano, incluida la libertad de expresión y reunión, y condenando la represión de los derechos humanos en la isla”.
Aunque Blinken declaró que el gobierno de Biden marca un cambio en la política estadunidense, en el caso de Venezuela y Cuba lo más notable es la continuidad con el gobierno anterior.
La conferencia anual también incluyó comentarios sobre la política hemisférica por otros integrantes del gabinete de Biden [https://www.as-coa.org/events/51st-annual-washington-conference-americas].