Washington. El presidente Joe Biden elevó formalmente ayer a 62 mil 500 el máximo de refugiados que Estados Unidos admitirá este año, semanas después de enfrentar críticas por su demora en remplazar el tope de 15 mil establecido por el ex presidente Donald Trump, el más bajo que se había establecido.
El mes pasado Biden amplió los criterios de elegibilidad para las reubicaciones de personas, lo que eliminó un obstáculo para el ingreso de refugiados a Estados Unidos que impuso Trump, pero en un principio no elevó el tope anual, y sus asesores dijeron creer que no era necesario incrementarlo. Biden enfrentó agudas críticas por no dar al menos el paso simbólico de autorizar el ingreso de más refugiados a Estados Unidos este año, y rápidamente revirtió su posición.
En un comunicado el gobernante demócrata sostuvo que el nuevo límite borra la cifra históricamente baja establecida por la administración anterior
, y añadió que dicho tope “no reflejaba los valores de Estados Unidos como nación que da la bienvenida y apoya a los refugiados.
Es importante adoptar esta medida hoy para disipar cualquier duda que persista en las mentes de los refugiados en todo el mundo que han sufrido tanto, y que aguardan ansiosamente iniciar una nueva vida
, agregó el mandatario.
Biden admitió que era una triste verdad
que Estados Unidos no alcanzaría el tope de 62 mil 500 para el fin del año fiscal, en septiembre, debido a la pandemia y a las limitaciones en las capacidades del país para reubicar personas, mismas que su gobierno ha atribuido en algunos casos a las políticas del gobierno de Trump para restringir la migración.
La Casa Blanca afirma que Biden sigue comprometido con fijar el tope en 125 mil para el año fiscal 2022, que comienza en octubre, y que mientras trabajan con el fin de mejorar las capacidades del país para aceptar la mayor cantidad de refugiados que sea posible.
Las agencias de reubicación de refugiados elogiaron la medida después de haber criticado a Biden durante meses por permitir que el tope establecido por Trump permaneciera sin cambios.
El programa de refugiados es distinto del sistema de asilo para migrantes. Los refugiados proceden de todo el mundo, muchos de ellos huyendo de conflictos. Se someten a una exhaustiva investigación mientras están en el extranjero para ser autorizados a entrar en Estados Unidos, a diferencia de los migrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos y luego solicitan asilo.
En otra decisión relevante, Estados Unidos comenzará esta semana la reunificación de las familias migrantes separadas en la frontera con México durante el mandato de Trump, con el rencuentro de cuatro madres apartadas de sus hijos, anunció ayer el gobierno de Biden.
El secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, explicó que cuatro madres que huyeron de situaciones extremadamente peligrosas en sus países de origen van a ser reunidas con sus hijos tras haber sido separados en la frontera entre Estados Unidos y México.
Mayorkas celebró este avance después de que el gobierno de Biden le pidió en febrero encabezar un equipo especialmente dedicado a rastrear a las familias y reunirlas.
El grupo de trabajo ha realizado un progreso crítico en unos cuantos meses y va a seguir trabajando sin descanso para dar a las familias la oportunidad de reunirse y sanar
, comentó Mayorkas, el primer latino y el primer migrante en encabezar este departamento que se ocupa, entre otras tareas, de la seguridad en la frontera.
Según medios estadunidenses, dos de las familias beneficiadas son una madre mexicana y una hondureña separadas de sus hijos a finales de 2017. Algunos de los niños que se rencontrarán con sus padres tenían sólo tres años cuando fueron apartados.
La política de Trump de tolerancia cero
a la migración irregular comenzó a ser aplicada en 2017 y fue anunciada formalmente en 2018.
Mediante la separación de las familias –en su mayoría centroamericanos huyendo de la violencia– el gobierno republicano buscaba disuadir a los migrantes de que emprendieran el viaje hacia el norte.
Su implementación, que se estima afectó a cerca de 5 mil menores, fue suspendida ante una ola de indignación nacional y mundial.
No está claro cuántos niños todavía están lejos de sus padres, pero se estima que pueden llegar a mil.