Es una ganga pagar 6 millones de dólares (129 millones) para evitar la devaluación de una franquicia. El equipo filial del español Atlético de Madrid ha resultado el primer gran beneficiado con la eliminación del descenso. Si hubiese querido reforzarse para evitar la vergüenza y optado por pelear con pundonor deportivo, al menos hubiera tenido que invertir el doble de dinero en un par de buenos jugadores. Fue mejor así.
La directiva del San Luis ni se ruboriza, pero alguien tenía que salir raspado y despidió al técnico Leonel Rocco quien duró cinco meses en el timón, anunció una profunda restructuración
y calcula salir tablas vendiendo al atacante argentino Nicolás Ibáñez. Dijo jocosa que planea atraer nuevos socios. Sin duda venderá el mismo sueño que los enganchó a ellos: una próspera e inminente liga norteamericana.
Para Grupo Orlegi también es como una lotería. No sólo evitó la multa mayor y el consabido bochorno, sino que está en liguilla entre los ocho primeros, presto para ser local en el show de cuatro partidos extra que significa la repesca, para aprovechar y vender a precios exorbitantes los boletos a sus aficionados, como hizo en el clásico tapatío. ¡Claro!, hay que empezar a recuperar lo de la infracción, sacar de donde sea.
Los efectos económicos de la pandemia se dejan sentir con rigor crudo y rudo en el mundo del balompié, y la modesta Liga Mx no se salva. Los dueños, asfixiados como están, ni siquiera festejan un cetro que antes significaba más patrocinios y publicidad. Eso ocurre con el Inter de Milán, tras conquistar su título 19. No es casual que estuviera entre los 12 orquestadores de la fallida Superliga.
En México los equipos mantienen la política de extinguir los contratos millonarios y por estos días más de 50 jugadores terminan su vínculo laboral. Desde hace unos meses, varios futbolistas son puestos ante la disyuntiva de bajar sus sueldos o irse. Los estrategas corren la misma suerte y están supeditados a logros. En América es el caso de Giovani dos Santos, quien ha decepcionado en todos sus clubes.
Toluca, Cruz Azul y Ciudad Juárez son de los que tienen más futbolistas que finalizan contrato. Para los afortunados con chamba habrá más partidos y viajes entre la liga, Concachampions, Superliga Norteamericana, el Tri… todo ello sin chance de dar pataletas como los europeos, que no ven con buenos ojos la oferta de la UEFA de una Champions amplificada de 32 a 36 equipos; les molesta la perspectiva de más actividad o, como dijo Thomas Tuchel: Habrá más partidos pero no más calidad
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Al Cruz Azul se le escapó el triunfo en el último suspiro del partido frente a Xolos, y con ello la oportunidad de hacer historia con récord de puntos, aunque apenas iba a igualar los 43 del América. Pero, enrolado también en la Concachampions, Juan Reynoso rotó a algunos jugadores, quizá debería dar oportunidad a otros de fuerzas básicas y dejar de aferrarse al improductivo Sebastián Giménez.
No es que las televisoras sean irrespetuosas con el aficionado y con los equipos, al contrario, son tan consideradas que alteran los horarios habituales en favor del público. La semana pasada le tocó al Toluca, ahora fue Pumas; cambian los partidos al turno nocturno para arrullarle con esos choques de tedio mortal que han tupido de cabo a rabo el calendario. La gente se ahorra el somnífero.
Pero los lunes son de las chicas y que ni le muevan. Están definidos los participantes a la liguilla, los juegos del lunes –excepto el Xolas-Centellas– dan oportunidad para mejorar posición. El Guardianes 2021 incluye a las rojinegras, que fueron muy consistentes, y si ayer el Querétaro hizo de Cenicienta ahora irrumpen las diablillas del Toluca, mientras el América entró de panzazo y no pinta para nada.