Esa obra - recordó- habría costado al país más de 300 mil millones de pesos y, con todo y los 100 mil millones de pesos que se debieron pagar por la cancelación del contrato, y con la construcción del aeropuerto internacional Felipe Ángeles, se tendrá un ahorro de 125 mil millones de pesos, “casi lo que nos va a costar el tren maya”.
En conferencia de prensa subrayó que ya se está entendiendo que no es lo mismo de antes.
“Claro que se deben de hacer negocios y los empresarios son fundamentales” pero no con tráfico de influencias.
“Nada daña más a México, nada ha hecho tanto mal a México como la corrupción. Ese ha sido el cancer de México”.
Si no hay corrupción - añadió- hay presupuesto, se mejoran las condiciones de vida, hay una sociedad más justa y no hace falta endeudar al país, no hace falta gasolinazos, ahí está la clave.
“Por qué no salíamos adelante? Porque todo era corrupción, bandidaje oficial, en todas estas empresas se ponía de por medio la corrupción. En todo”.
Puso como ejemplo lo que ocurría con las empresas de fertilizantes, la explotación de la reserva de roca fosfórica, cuya autorización para el crédito la firmó el actual presidente del Banco de México, antes titular de Nacional Financiera.
Lo de los reclusorios, Calderon y Garcìa Luna, añadió al referirse a los 8 contratos millonarios con empresas privadas para la construcción de ese número de inmuebles en medio de un contrato lesivo para el erario.
Lo del aeropuerto, lo mismo, expresó, puras empresas vinculadas al régimen.
“Por eso estoy muy optimista de que se está viendo el renacimiento de México”, manifestó.
Y también por eso, agregó, se enojan un poco.
Los jefes, quienes se benefician más de la corrupción, no se enojan tanto como los voceros. “Uy, ellos se ponen furiosos porque les baja el moche, les toca menos.
Sin embargo, advirtió, no podemos vivir en un país en el que impere la corrupción, esa rémora que nos impide que México sea lo que se merece.