Santiago. Con el voto favorable de siete de los 18 senadores oficialistas en la Sala, el Senado chileno aprobó este jueves la reforma constitucional transitoria que faculta a los ahorrantes de pensiones a realizar un tercer retiro del diez por ciento de sus fondos, en lo que conlleva una derrota apabullante para el presidente Sebastián Piñera, acérrimo enemigo de la iniciativa y quien sigue intentando impedirla en el Tribunal Constitucional (TC).
El resultado fue de 31 votos contra 11 (se ausentó sólo un senador) y ahora el proyecto regresa a la Cámara de Diputados para un tercer trámite, pues en el Senado tuvo cambios que deben ser refrendados. La aprobación es categórica no sólo por la cantidad de votos que recibió -requería un mínimo de 26-, sino porque ninguno de los retiros previos aprobados en julio y diciembre del año pasado, obtuvo tanto respaldo.
Pero el mayor significado político es la orfandad en la que está sumido Piñera y el desfonde de su gobierno, abandonado por sus parlamentarios y criticado por algunos precandidatos presidenciales de su sector, ante su obcecación en oponerse al retiro, profundamente demandado por millones de chilenos que están sin ingresos por la pandemia y que no califican a las ayudas gubernamentales.
Ahora él se aferra a que el TC hunda la reforma transitoria, como lo hizo en diciembre de 2020, cuando el voto dirimente de su presidenta, María Luisa Braham, rompió el empate a cinco entre los magistrados y se impugnó el proyecto escrito por los diputados. Ella fue designada por Piñera en el TC en agosto de 2019 y fue su principal asesora en su primer gobierno (2010/14). Con ese antecedente, algunos senadores promueven la inhabilidad de Braham para conocer el asunto, además de que está en entredicho por su conducción del TC.
En aquella ocasión, simultáneamente a que recurrió al TC, Piñera presentó su propio proyecto para facilitar el segundo retiro, presionado por su sector, alegando que por involucrar gasto público y seguridad social, legislar es facultad exclusiva del Presidente de la República mediante leyes ordinarias.
La ciudadanía está expectante del retiro -hay más de 3 millones de personas que no reciben auxilio estatal o acaso muy escaso- y el malestar es evidente, se teme incluso un restallido social; los sindicatos portuarios, de la minería y del transporte están movilizados a la espera del desenlace y se ha convocado a una huelga general el 30 de abril.
Los dos primeros retiros hechos por 10 millones de ahorrantes significaron 36 mil millones de dólares que resultaron vitales para contener la recesión y reanimar el consumo interno, pese a los cual el producto se contrajo 5,8 por ciento en 2020. Sin esas platas, se estima que la recesión hubiese sido al menos de 7,5 puntos del PIB.
Pese a las sumas sacadas, los fondos de pensiones acumulan hoy poco más de 200 mil millones de dólares, alrededor del 70 por ciento del PIB chileno.