Nueva Delhi. Una tormenta de calor se abate sobre Nueva Delhi, mientras que Mohamed Shamim, sepulturero, hace una pausa y mira, con aire abatido, llegar una ambulancia que transporta el cuerpo de una enésima víctima de Covid-19.
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La carga de trabajo de los sepultureros ha aumentado espectacularmente en las últimas semanas en India, donde la población de mil 300 millones de personas se ve afectada por una segunda ola epidémica de coronavirus.
El cementerio de Jadid Qabristan Ahle, en la capital india, confinada desde el lunes por la noche durante una semana, recibió once difuntos en tres horas, constató la AFP sobre el terreno.
Al atardecer, 20 muertos habían sido enterrados. Mohamed Shamim, sepulturero de 38 años, recuerda algunos días de diciembre y enero, durante los cuales su excavadora permanecía inactiva. "A este ritmo, dentro de tres o cuatro días no habrá más espacio", comenta.
Alrededor del cementerio, trabajadores con trajes de protección azul o amarillo, inhuman cadáveres dentro de bolsas blancas o ataúdes de madera barata.
Pequeños grupos de hombres, algunos con kufis (gorros islámicos), miran solemnemente la tierra mientras el imán reza las últimas oraciones bajo el tumulto de la tormenta que se abate, mezclando polvo y lluvia.
15 mil muertos en un mes
Oficialmente, cerca de 180 mil indios murieron de Covid-19, de los cuales 15 mil sólo en el mes de abril. Pero algunos piensan que el número real podría ser mucho mayor.
Las redes sociales y los artículos de prensa han sido inundados de imágenes de hogueras en llamas y crematorios incapaces de hacer frente a la situación.
En Ghaziabad, cerca de Nueva Delhi, los canales de televisión transmitieron imágenes de cuerpos amortajados y alineados en el piso, a la espera de un turno de cremación.
En el estado occidental de Gujarat, muchos crematorios funcionan las 24 horas. En Ahmedabad la chimenea de uno se derrumbó luego de estar dos semanas operando 20 horas diarias y en Surat se derritió parcialmente la estructura de hierro de otro crematorio por el exceso de calor.
En Lucknow, en el norte, la espera es a veces tan larga que una familia comenzó a incinerar un cuerpo en un parque adyacente a uno de los crematorios, dijo un responsable a la AFP.
Algunos crematorios de Lucknow, enfrentados a la escasez de madera, tuvieron incluso que pedir a las familias que trajeran su propio combustible.
Varanasi es el sitio tradicional donde los hindúes son incinerados desde tiempos inmemoriales, a orillas del río Ganges.
Belbhadra, que trabaja en uno de los terraplenes de incineración a orillas del río dijo a la AFP que estaban cremando al menos 200 presuntas víctimas de coronavirus por día.
El tiempo habitual para llegar hasta el terraplén desde la carretera principal a través de carriles estrechos, solía ser de tres o cuatro minutos, pero "ahora toma alrededor de 20 minutos. Así de abarrotados están los carriles con gente esperando para incinerar a los muertos", dijo un residente.