Santa María del Oro, Nay. Comerciantes que operan en la ribera de la laguna de Santa María del Oro, ubicada en el municipio del mismo nombre, quedaron sorprendidos por el color que adquirió el cuerpo de agua recientemente, ya que si bien cambia cuatro veces al año, de azul profundo a azul cristalino y verde claro, en esta ocasión obtuvo la tonalidad del chocolate, como si corrientes en su interior hubieran hecho “un batido”.
Ante los señalamientos de ciudadanos en cuanto a que la situación fue producto de sobreexplotación de la laguna, o de que se vierten en ella drenajes, académicos de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) ofrecieron una respuesta.
Integrantes del Grupo de Investigación en Ecología de Sistemas Acuáticos de la UAN indicaron en un comunicado que el fenómeno fue natural, ocasionado principalmente por variaciones en la temperatura del ambiente, así como debido a la acción del viento, “y es que este invierno fue uno de los más fríos en los últimos 50 años, lo que ocasionó una mezcla más intensa y duradera del agua superficial y profunda del lago, generando cambios en los procesos del ecosistema y su coloración”.
Agregaron que la mezcla sostenida del agua ocasionó que microorganismos y materia orgánica, que normalmente se encontraban “atrapados” en lo profundo del lago, alcanzaran la superficie; estos cuerpos y material suspendido dieron “el color marrón característicos de los últimos días”.
Acotaron que abordaron el fenómeno “desde distintas aproximaciones, iniciando por describir el agua desde un punto de vista físico y químico, hasta utilizar recursos tecnológicos de última generación, como la secuenciación masiva de alto rendimiento y el análisis bioinformático, que les ha permitido conocer la presencia de aproximadamente 3 mil especies, entre las que destacan microorganismos que degradan la materia orgánica”.
La laguna de Samao, como se la conoce, es un destino turístico que durante los fines de semana recibe una gran cantidad de turistas nayaritas y provenientes de Guadalajara, Jalisco. Ahí, restauranteros ofrecen pescados y mariscos frescos, paseos en lancha y estancias a precios accesibles.