Moscú. Ucrania se convirtió en el enésimo punto de fricción entre el Kremlin y la Casa Blanca después de que este viernes el presidente estadunidense, Joe Biden, en conversación telefónica, ofreció a su homólogo ucranio, Volodymyr Zelensky, “todo el apoyo de Estados Unidos a Ucrania frente a la agresión que continúa cometiendo Rusia en el este del país y Crimea”.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que “es inaceptable decir que Rusia es el enemigo. Rusia no amenaza a nadie ni lo ha hecho”, de acuerdo con su cuenta en Telegram.
De su lado, Maria Zajarova, portavoz de la cancillería local, comentó que Biden hizo “un flaco favor” a Zelensky y dijo que “Washington al proporcionar armamento a Kiev, y con su retórica agresiva impulsa al gobierno de Ucrania a incumplir los acuerdos de Minsk, y esto no se corresponde con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.
De unos días para acá, empezaron a circular rumores en el sentido de que Rusia está trasladando tropas y armamento hacia la frontera con Ucrania, mientras es un hecho indisputable que se encuentran en punto muerto las negociaciones para alcanzar un arreglo político en el territorio que no se supedita a Kiev y aumenta la tensión, con frecuentes tiroteos y cañonazos, en los lindes de la zona en conflicto.
En ese contexto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, expresó por teléfono a su colega de Ucrania, Andriy Taran, sus condolencias por la reciente muerte de cuatro militares ucranios y, según un comunicado del Pentágono, “condenó la escalada de acciones agresivas y provocadoras que efectúa Rusia en el este de Ucrania”, grave acusación que este viernes se repitió ya por boca del inquilino de la Casa Blanca.
El general Ruslan Jomchak, comandante en jefe del ejército de Ucrania, también echó leña al fuego al declarar que “Rusia está poniendo en peligro la seguridad de nuestro Estado”, lo que de inmediato desmintió Peskov (el vocero del Kremlin) al decir que Moscú “tiene todo el derecho de mover sus tropas dentro de su territorio como mejor le parezca”.
Rusia, agregó Peskov, “observa con preocupación que (en la zona de conflicto) aumenta la tensión y no nos gustaría que la parte ucrania pudiera cometer acciones de provocación que desataran otra guerra”.
Peskov sostiene que el ejército ruso “nunca, ni antes ni ahora ha tomado parte en los combates en territorio de Ucrania” y asevera que, por el contrario, “la intensa actividad de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte cerca de las fronteras rusas nos obliga a tomar medidas para reforzar nuestra seguridad nacional”.