Ciudad de México. Con la entrada en vigor de la reforma al artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo que garantiza el aumento anual del salario mínimo por arriba del índice de inflación, se cumple con un “añejo anhelo” en favor de los trabajadores y se tendrán garantías de que este indicador “no va a ser incrementado de forma ficticia”, señaló Alberto Ramírez García, especialista en derecho laboral en la Universidad Obrera de México.

Ayer entró en vigor la reforma que fue aprobada por el Congreso federal a principios de marzo, la cual establece que el “salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo la persona trabajadora por los servicios prestados en una jornada de trabajo”.

Este indicador deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de una o un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.

Para Ramírez García a partir de 2018-2019 han ocurrido tres incrementos al salario mínimo “significativos”, con lo cual “se echa por tierra el argumento” de administraciones anteriores respecto a que un aumento mayor a ese indicador, provocaría inflación.

Esta negativa, afirmó, “ha llevado a la miseria a millones de trabajadores”, quienes veían “mermado su poder adquisitivo, porque la inflación anulaba el incremento”.

La reforma a la LFT indica que también de que se considera de utilidad social el establecimiento de instituciones y medidas que protejan la capacidad adquisitiva del salario y faciliten el acceso de toda persona trabajadora a la obtención de satisfactores.