Panamá. El número de niños y adolescentes migrantes que cruzan la peligrosa jungla del Darién, en la frontera sur de Panamá con Colombia, con rumbo a Norteamérica, se ha incrementado drásticamente desde 2017, indica un informe de Unicef.
El reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, divulgado el lunes en Panamá, ofrece cifras reveladoras de este flujo en una de las rutas más arriesgadas del mundo, cuyo tránsito continuó pese a las restricciones por el coronavirus, aunque en menor cantidad respecto al flujo que se daba previo a la pandemia.
Unicef aseguró que a fines del año pasado se registraron los primeros casos de violencia sexual contra menores.
De acuerdo con el documento, los niños y adolescentes representaron el 2 por ciento de todos los migrantes que hicieron ese cruce en 2017, mientras que en 2020 ese porcentaje fue de más de 25 por ciento. En cifras, unos 109 sortearon esa larga caminata por una jungla sin ley en 2017, mientras que 3 mil 956 lo hicieron en 2019 y mil 653 en 2020.
“He visto a mujeres salir de la selva con sus bebés en brazos después de caminar durante más de siete días sin agua, comida o cualquier tipo de protección”, afirmó en el reporte Jean Gough, directora regional para América Latina y el Caribe de Unicef y quien realizó una visita de dos días a esa zona.
“Estas familias están sobrepasando sus propios límites y poniendo sus vidas en peligro, a menudo sin darse cuenta del riesgo que corren", agregó. Los menores de edad andan generalmente con sus familiares.
En los últimos cuatro años, más de 46 mil 500 migrantes han cruzado la selva del Darién, de los cuales 6 mil 240 fueron niños, niñas y adolescentes, detalla el informe.