Aunque las tasas de deforestación en América Latina y el Caribe son significativamente más bajas en los territorios indígenas y tribales donde los gobiernos han reconocido formalmente los derechos colectivos territoriales, las presiones hacia ellos van en aumento, señala el estudio Los pueblos indígenas y tribales y la gobernanza de los bosques.
Realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), advierte que la demanda de alimentos, minerales, energía, madera, turismo y otros productos y servicios, cada vez es mayor, lo que valoriza los recursos naturales en los territorios e incentiva intentos externos para acceder a ellos.
Señala que de las 404 millones de hectáreas ocupadas por los pueblos indígenas, los gobiernos han reconocido formalmente sus derechos de propiedad colectiva o usufructo sobre cerca de 269 millones, aunque el impacto de garantizar la seguridad de la tenencia es grande, el costo es muy bajo: solo se necesitan 6 dólares para titular una hectárea de tierra en Colombia y 45 dólares en Bolivia.
Destaca que la tasa de deforestación dentro de los bosques indígenas, donde se ha asegurado la propiedad de la tierra a sus habitantes, es 2.8 veces menor que fuera de dichas áreas en Bolivia, 2.5 veces menor en Brasil y 2 veces menor en Colombia. Los territorios colectivos titulados evitaron entre 42.8 y 59.7 millones de toneladas métricas de emisiones de bióxido de carbono cada año en estos tres países; estas emisiones combinadas equivalen a sacar de circulación entre 9 y 12.6 millones de vehículos durante un año.