Ottawa. La Corte Suprema de Canadá mantuvo el jueves un impuesto nacional al carbono, componente central del plan climático del primer ministro Justin Trudeau, rechazando un recurso en su contra interpuesto por varias provincias.
El gobierno federal introdujo el impuesto en 2019 para cumplir con sus obligaciones en virtud del acuerdo climático de París de 2015 para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30 por ciento para 2030, desde los niveles de 2005.
Establecido inicialmente en un monto de 20 dólares canadientes (unos 16 dólares estadunidenses) por tonelada de emisiones, el plan de fijación de precios del carbono, que se aplica a una variedad de combustibles y fuentes de emisiones de CO2, aumentará gradualmente a 170 dólares canadienses por tonelada para fines de la década.
Esto equivaldría a unos 28 centavos por litro de gasolina.
El fallo de seis contra tres votos allana el camino para que Canadá siga en la senda de su ambicioso objetivo de cero emisiones netas para mediados de siglo.
"A partir de hoy, el gobierno federal seguirá aplicando un precio a la contaminación como un elemento clave de su plan climático integral, porque el cambio climático afecta a los canadienses sin importar dónde vivan en este país", dijo el ministro de Medio Ambiente, Jonathan Wilkinson, en una conferencia de prensa.
Según dijo, más de 40 naciones tienen un impuesto al carbono o un sistema sobre el carbono, al tiempo que agregó que "fijar un precio a la contaminación es la forma más eficiente desde el punto de vista económico de reducir las emisiones y al mismo tiempo impulsar la innovación".
Canadá es el cuarto mayor productor de petróleo del mundo y el quinto mayor emisor de CO2 per cápita, según datos compilados por la Agencia Internacional de Energía.